• ᴛᴜᴇꜱᴅᴀʏ •

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Ya era martes, Jeno despertó alrededor de las 11:00am, se puso una camisa sin mangas negra, unos pantalones negros deportivos y una gorra negra; iba a ir a la sala de ensayos a practicar "RESONANCE", ya que era consciente de que la coreografía no le salía bien del todo.

Antes de ir a la sala de baile fue a ver como amaneció Junnie, antes de tocar su puerta, respiró hondo y procedió.

Junnie~ ¿Estás ahí? – preguntó tocando la puerta, sin recibir algún tipo de respuesta –.

Entró y no estaba ahí. Solo vio la muleta tirada en el suelo. Estaba algo preocupado, si le pasaba algo a Renjun; estaba muerto.

Fue a la sala casi a la velocidad de la luz y finalmente lo encontró, estaba sentado en el suelo, apoyado en la pared, con sus ojos rojos y ligeramente hinchados; había llorado.
Jeno fue donde se encontraba Renjun y se arrodilló frente a él. Quería revisar si se había hecho daño.

Renjun vestía unos shorts pequeños de color blanco, una polera muy grande, que tapaba sus piernas hasta la mitad de sus muslos; muy tierno.

¡Renjun! ¿Qué te pasó? – dijo mientras le limpiaba las lágrimas de las mejillas, ya algo secas –.

Intenté caminar solo pero no pude... y no me podía levantar – dijo mientras se intentaba parar, pero cayó en el intento –.

Me podías llamar por el celular, incluso tienes tu muleta en tu habitación – dijo Jeno intentando brindarle apoyo –.

Me duele mucho... – se quejó el mayor –.

Dicho eso, Jeno cargó a Renjun, mientras lo hacía le dijo que rodeara su cintura con sus piernas y abrazara su cuello para no caerse y sostenerse.

Gracias a Dios Jeno no podía verle la cara a Renjun en ese momento; era un tomate.

J-Jeno~ ¿A dónde me llevas? – le gustaba tener este tipo de contacto con el menor, aunque se llenara de nervios en el momento –.

A tu habitación, te quedarás ahí hasta que sea la hora de almuerzo; yo te lo llevaré ahí, y te daré de comer ¿Entendido? – dijo entrando a la habitación del mayor para dejarlo echado en su cama –.

S-sí... Perdón... – estaba más que apenado –.

No te preocupes, prometí cuidarte~ – le sonrió – bueno, iré a la sala de baile a entrenar y practicar un poco, tu quédate aquí – dijo desde la puerta –.

Gracias, me quedaré... aquí – Renjun estaba sentado en su cama de una manera malditamente adorable; Jeno se sentía raro ¿Renjun le estaba provocando? –.

Jeno salió de la habitación un poco confundido, ¿Le había gustado cargar a Renjun y verlo así de tierno e inocente en su cama? Decidió ignorar eso y fue hacia la sala de baile.

Le tomó cerca de 20 minutos para llegar a la sala de práctica. Apenas entró dejó su mochila que contenía una camiseta y una toalla. Sin perder más tiempo colocó la música y empezó a practicar. Era el único en la sala, era algo aburrido bailar solo en una inmensa habitación.

Renjun le mintió, no podía quedarse ahí solo sin hacer nada. Quería pasar tiempo con Jeno, se estaba aburriendo. Así que se paró a duras penas, y fue por su muleta que yacía en el suelo desde ayer. Iría a verlo practicar un rato, si es que se lo permitía.

Le estaba costando usar la muleta, no la había usado desde que se fracturó el tobillo, pero tendría que aprender a usarla si iba a estar así durante toda su recuperación.

Le tomó más de lo esperando para llegar a dicho salón; 29 minutos. Trató de ser lo más silencioso posible, y se quedó atrás de la puerta. No sabía si entrar o quedarse ahí parado; espiando a Jeno. La verdad había mejorado mucho en el baile, y se estaba volviendo más atlético; a Renjun le gustaba eso.

una semana a solas; norenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora