Julio

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Comencé a sentirme mejor conmigo misma, en serio lo hice. Deje de tenerme lastima, conseguí un pasatiempo y me esfuerzo mas en el trabajo.

Llegue al punto en el que en mi rutina tu nombre no era mencionado, la verdad es que apenas y me acordaba de ti de tan ocupada que estaba.

Estábamos a la mitad del verano, y yo ya estaba lista para seguir adelante. Visitar a mi familia podría ser una conveniencia, o una desgracia, dependiendo de como es que ellos me reciban. Tal vez no sea de mucho agrado, tanto tiempo sin comunicarme con ellos... creo que estarán molestos.

Tenía planeado el resto de mi verano. Eran dos semanas en casa de mi padres y de ahí en adelante todo seria viajes al rededor de Europa. Los ahorros que comencé desde hace tres años y medio deberían ser suficientes, para mínimo ir a cinco lugares...

Claro que no todo salió como yo lo esperaba, después de hacer mis maletas y llamar al taxi, estaba lista y preparada. Ya no había nada que me detuviera, estaba a punto de subir mi maleta a la cajuela del taxi, cuando te vi.

Justo del otro lado de la calle, estabas parado, mirándome, con unos ojos llenos de falsas esperanzas.

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