Enero

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Te conocí un minuto después de las doce en año nuevo...
Recuerdo que fue frente al café del italiano malhumorado, que término siendo tu primo. A decir verdad no parecían familia.

Te tire el café caliente encima y lo único que hiciste fue reírte cuando yo entré en desesperación. Me dijiste que no me preocupara. Tus ojos color esmeralda me miraron con humor y pude sentir como el calor subía a mis mejillas.

Me invitaste un café después de ver mi humillación... no lo acepte.

Claro que después me tuve que encontrar contigo; al cabo de unas horas después de que había salido el sol volvimos a chocar hombro a hombro...

Pero esta vez fue frente a una pastelería... Esta vez sí acepte el café.

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