Capítulo 25

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Estaba caminando al lado de Mateo, ya habíamos  buscado las rosas e íbamos en silencio. No era incomodo pero tampoco muy agradable, a pesar de haber vivido muchísimas cosas juntos, parecíamos dos extraños que jamás habían tenido algo en común.

No sé cómo me siento respecto con volver a estar cerca suyo, hace unos meses atrás hubiera saltado en un pie de felicidad, hoy no, es más ni siquiera tenía ganas de esto, pero sabía muy dentro mío que era necesario, que esta también era una mochila que tenía que sacarme para poder avanzar sin ningún tipo de traba.

No sé cuánto caminamos, porque me quede colgada en mis pensamientos, cuando sentí que se freno, así que levante la vista del suelo y ahí estaba, la placa de su mamá y una foto donde se la veía sonreír.

Había pasado tanto tiempo, a veces tenía tantas ganas de borrar todas estas cosas, pero no podía y esto era un choque con la realidad. Era la cachetada que me daba la vida para decirme que nada había sido mentira y que ahí estaba la prueba.

- Es acá. - lo escuche decir aunque yo seguía volando por mis cielos. - Mi viejo viene seguido, por eso todo está tan cuidado, nunca nos dice pero yo lo conozco y sé que eso es lo qué pasa. Yo, en cambio, vengo muy poco, solo cuando lo necesito o fechas como las de hoy. - lo escuche suspirar y siguió hablando. - Emilio en cambio viene con mi abuela cuando él lo necesita y pide estar un poco más cerca. - se quedó en silencio un buen rato, pero tomó aire y siguió hablando. - Fue muy, muy difícil ¿sabes? Emi era chiquito, yo estaba haciendo mi camino con la música, sin embargo era muy pegado a ella. Esa mañana cuando llamaron para avisarnos, atendí yo, me dijeron que había tenido un accidente y yo ni siquiera sabía que no estaba en mi casa. Era muy temprano, para mi estaban todos durmiendo. Fue un golpe demasiado fuerte para todos. Mi viejo no nos dejo ir al juicio, prefirió mantenernos al margen de todo, al principio no le preste atención, cuando fui creciendo siempre quise saber quien eras, pero lo tuve que buscar solo porque mi viejo no quería cooperar. Te odie, no te voy a mentir, me sacaste a una de las personas que más ame en mi vida, pero después de tanto tiempo, te puedo decir que te perdono, desde lo más profundo de mi corazón Manu, yo te perdono, porque me nace hacerlo. - sentí como su voz se quebró y los dos volvimos a quedar en silencio, estaba tratando de procesar todo lo que acababa de decirme, para mi era importante que me perdone, porque era como si lo estuviera haciendo ella, pero para poder sentirme libre de todo, tenía que contarle toda la verdad. Así que tome aire, intente dejar mi tristeza de lado y empecé a hablar.

- Manejo desde los 16 cuando pudieron firmarme el permiso porque mis viejos siempre dijeron que ante cualquier cosa era mejor saber. - comencé desde el principio para que lo sepa. - Nunca me creí piola por manejar ni nada de eso. Ese año, después de todo lo que habíamos pasado, decidí festejar porque era un año de vida más, ese que mi hermano tanto hubiera deseado y no lo tuvo. Mi cumpleaños en realidad era el domingo, pero preferimos aprovechar ese sábado total después de las doce ya era mi cumpleaños. Fuimos a cenar y no tome una gota de alcohol, mi hermano murió adentro de un auto, se la clase de arma que tengo en mis manos. Cuando nos movimos al boliche, eran tipo dos de la mañana, ahí adentro si tome, no te voy a mentir, no me voy a olvidar más, me tome dos botellitas de cerveza, para que no me dijeran que era una aburrida, nunca me voy a olvidar el sabor que tenían, las tuve tanto tiempo en mi mano, que estaban calientes y horribles, creo que ni siquiera termine la primera cuando me compre la segunda así estaba un poco más pasable. Al otro día mi familia había organizado un día de campo, así que me quería ir temprano, no me gustaba estar muy cansada, siempre preferí disfrutar de mi familia en ves de una noche en un boliche. Así que a eso de las cinco y media, decidí que era hora de irme. Empecé a despedirme de todos, en ese momento estaba en algo con un pibe, estaba muy borracho y en otra, quiso insistirme para que vaya con el y me negué, mi primo también quiso acompañarme pero él estaba con su novia y yo no iba a dejar que corte el mambo, aparte estaba bien, era la más sana del grupo, imagínate. - me reí porque esa era la verdad. - No sé cuánto tarde, me subí al auto, me prendí un pucho lo fumé, elegí la música y arranqué. Después de eso empezó mi pesadilla. No la vi, iba concentrada en la calle y en otro auto que venía manejando medio en zigzag, doblo en una calle mal y yo iba enojada por esa imprudencia, tenía un semáforo enfrente y yo sabía que estaba en verde, lo vi, te juro que lo vi. A la que no vi fue a ella, no sé de donde salió, iba hablando con celular, moviendo sus manos, me asusté y empecé a apretar el freno, pero te juro por Dios que no llegue, no sé si iba fuerte no me acuerdo, lo único que sé es que yo quise frenar, te lo juro por la memoria de mi hermano, yo no quise matarla, no quería arruinarle la vida a nadie, yo no quería ser una asesina. - sentí como mi cara se fue mojando, estaba llorando, recordar todo esto era muy difícil para mi, prefería olvidar pero necesitaba seguir hablando. - Después de eso todo pasó muy rápido, lo primero que hice fue llamar a la policía y decirles que había tenido un accidente, quería una ambulancia, tenía miedo. La gente empezó a llegar, escuchaba a todo el mundo hablar pero nada claro, en eso llego la gente de tránsito, me negué rotundamente a hacerme un test, tenía 18 años recién cumplidos, tenía miedo, era una nena, lo único que pedía es que llamen a mis papás. Lo que sigue después es el infierno mismo. El juicio fue difícil, como no quise hacerme un test en ese momento, dieron por hecho que estaba borracha y nunca lo negué, me sentía demasiado culpable así que, me daba igual lo que digan. Me juzgaron por algo de lo que yo me sentía culpable. Pero hoy puedo decirte, que si tuve parte de culpa pero no lo hice a propósito, quise evitarlo pero no pude, aunque quise no pude. - ninguno de los dos emitió palabra, estuvimos un buen rato así, los dos callados, mirando la tumba, sumidos en nuestros pensamientos, pero había algo más que yo quería decirle y de esa forma cerrar esta etapa y dejar todo esto atrás, así poder avanzar. - Mucho tiempo quise saber quien fue la familia de esa señora, como ya te dije, era chica estaba con todo esto encima y nunca pude recordar quienes eran ustedes, así que cuando tome más conciencia empecé a preguntar por la familia de la mujer, mi familia nunca quiso volver a mover todo eso, así que un tiempo después de conocerte y vivir muchas cosas lindas con vos, me enteré, logré conseguir información y te juro que quise decirte todo, pero otra ves tuve miedo, no quería perderte, estaba enamorada de vos y sabía que no me ibas a perdonar, así que preferí callarme. Yo solo quería que me escuches, que sepas todo esto antes, quizás de esa forma nos ahorrábamos un poco de sufrimiento, pero cada uno tomó su decisión y no te culpo, yo quizás hubiera hecho lo mismo. - lo escuche suspirar y por primera vez en mucho tiempo que estuvo callado, lo escuche hablar.

- Perdóname. - sentí que estaba llorando, y eso me partió el corazón. - Nunca quise lastimarme, pero todo esto para mi es complicado. Perdóname. - sonreí, esperando que el levantara su vista, pero como no lo hizo lo llame. -

- Mateo. - y levantó su cara. - Está todo bien, no tenes que pedirme perdón, yo te entiendo y está todo más que bien. Yo hubiera hecho lo mismo, las cosas pasaron así y ya está. -

- No quería perderte. - lo escuche susurrar y eso me dolía pero las cosas pasaron así.

- Yo tampoco, pero ya está. Todo está bien y quizás las cosas sean mejor así, cada uno por su lado. Necesitaba contarte mi verdad, pedirte perdón, siento como si se lo estuviera pidiendo a ella y me estoy sacando una mochila importante para  mi. -

- Gracias por querer estar haciendo esto. - sentí que había cumplido con mi propósito y ahora necesitaba alejarme de él, no quería estar más tiempo cerca, necesitaba mi espacio.

- No hay nada que agradecer. Tengo que irme, me están esperando. - nos pusimos los dos de pie, y quedamos de frente. - Fue lindo verte, mándale saludos a tu familia, espero que estés más que bien. - sonreí.

- Vos también, te mereces todo. - me di media vuelta para irme, ya no había nada para decir cuando sentí su mano en mi brazo, me estaba frenando, me volví hacia él para ver qué quería. - ¿Te puedo pedir tu número nuevo? Emi me pregunta mucho por vos. - sonreí, era una excusa tonta, estuve un buen tiempo pensando si era necesario y si quería hacerlo pero ¿qué mal podría hacerme? -

- Si, préstame tu celular. -

De esa forma anoté mi número en su celular, no dijimos nada, ahora si volví a darme vuelta para irme, todo esto no fue como pensé que iba a ser. No me dolía, por primera vez en muchísimo tiempo me sentí en paz, volví a conseguir esa tranquilidad que hacía mucho tiempo no sabía que era.

Este estaba siendo un día muy especial para mi, luego de muchísimo tiempo pude pedirle perdón a las dos personas que más lastime en mi vida. Sin buscarlo, sin planearlo, todo sucedió y fue de la mejor forma, con el mejor resultado.













































Alguien más estaba esperando este capítulo como yo ?

Por favor que ganas de llorar. Todo esto es muy triste.

Mi Manu linda tan fuerte y tan hermosa la amo lo juro.

Ya no quedan tantos capítulos, así que se nos acerca el final de esta hermosa historia.

Más tarde vuelvo a actualizar.

Así que nos leemos en un rato 🤭

Aprendiendo juntos // Trueno // 2da parte tus ojos guiándome.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora