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—En ese corto picnic, hubiera preferido que me hubiera matado.


Colin se despidió de Miller con un beso en la mejilla. Un beso en la mejilla que él no regresó como era costumbre cada vez que tenía que irse de viaje. «Será unos días» Colin se dijo a sí mismo pero la falsa sensación de alivio no era suficiente y podía notarse en sus sudorosas manos. Miller no miró atrás, no era resentimiento, no era falta de interés. Era vergüenza.

—Colin-

El nombrado interrumpió a Zeus.

—Ya, anda.

Estaban en el aeropuerto, las visitas aquí eran seguido en su relación. La carrera de modelo de Miller es bastante solicitada pero esta vez era diferente. Colin veía como si todo el mundo viera cómo su amado parecía estarlo evitando como hoy. Ni siquiera avisó que vendría al aeropuerto si no hubiera sido porque Zeus llamó y sí le cogió la llamada. Esta vez era tan diferente que cuando Colin veía como se iba hacia el avión, también sentía como si se iba esta vez no regresaría a abrazarlo y con un lindo recuerdo como las otras veces.

Mientras caminaban, Zeus se detuvo en un Subway para comprar sandwiches pues según él tenía una sorpresa para Colin con la que esperaba animarlo. Así era Zeus cada vez que Miller se alejaba de Colin, podía creer que era lo único bueno que le pasaba cuando Miller se alejaba.

«Dos, uno de pizza y otro de costillas» Le dijo Zeus al empleado. Se puso al lado de él y sin ánimos, con una cara larga recostaba su cabeza en su hombro, la chaqueta era suave pero por alguna razón estaba fresca para lo cálido que era el cuerpo de su portador.

—No pongas cara de cachorro triste joder, qué te he comprado tu favorito. —Dijo Zeus.

Una leve sonrisa esbozó en el rostro de Colin y ocultó sus escasas ojeras.

—¿A dónde decías que vamos?

—Nunca te dije a dónde vamos.

—¿Y por qué no decírmelo? —Preguntó Colin.

Colin lo miró mientras él tomaba los sandwiches y pagaba. Por como lo conocía Zeus probablemente lo llevaría a un desierto y no para asesinarlo como en las películas de terror sino para un picnic en un lugar peculiar, la mayoría de la gente va a parques pero Zeus no era ese tipo de persona, él iba a lugares despoblados y naturales.

—Seguro me llevaras a lugares en medio de la nada. —Dijo Colin.

—Es mejor. Allí nadie puede encontrarnos.

Colin siguió los pasos de Zeus fuera del aeropuerto. Se dirigieron al Cadillac Clásico de Zeus, el mismo que le pertenecía a su abuelo, cuando él murió especificaba en su testamento que Zeus Harkness sería su nuevo propietario. Su padre estaba más que enfurecido, su hijo le había robado la herencia que más le interesaba pero Zeus hizo lo mismo que Taylor Swift en esa canción «I'm in a getaway car I left you in the motel bar Put the money in a bag and I stole the keys That was the last time you ever saw me». Con solo escuchar las melodías me eriza la piel.

Zeus le abrió la puerta desde el otro lado. Colin observó su reflejo en el oscuro automóvil.

No me veo tan mal. —Pensó.

Subieron al auto y lo echó a andar, Zeus manejaba y Colin admiraba el paisaje por la ventana mientras sonaba Off To The Races de uno de los cassettes que tenía Colin en su auto. Mientras se alejaban del Aeropuerto, las viviendas lujosas iban desapareciendo o difuminados con la carretera y un bosque blando de un verde seco y con pocos árboles harían que el cielo destacara.

Cegado por RosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora