VI

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Lo hizo con tanto amor que me olvidé que yo ya tenía uno.





Colin y Zeus volvieron a casa de Colin, un cielo oscuro digno de una linda noche estaba sobre sus cabezas. Colin bajó del auto de Zeus y caminó hasta su puerta y la abrió detrás de él estaba Zeus viendo su celular aún en el auto, cuánta probabilidad había que a Zeus le dijeran que tenía que trabajar esta noche, tal vez bástate. Siempre en las noches más lindas se llevan a Zeus pensaba Colin.

Pero suerte, se bajó del auto y sin avisar de que tenía que irse por un rato como otras veces.

Colin permanecía parado en la entrada de su casa, con la puerta abierta y no iba a entrar hasta que Zeus entrara con él. Mientras lo hacía, se abrazaba los brazos a sí mismo como si necesitara consuelo de algo que ni él ya recordaba pero por inteligencia, sabía que no necesitaba recordar si quería estar bien esa noche. Zeus finalmente bajó y apresurado se acercó con Colin para entrar a la casa, lo tomó del hombro como si fuese un niño y lo guió hacia adentro como si no supiera en dónde entraba. En la mesa estaban las rosas ya marchitas que alguien le había regalado hace semanas, Colin las observaba e intentaba tener el recuerdo de quién se las había regalado, pero el rostro de quien se las había regalado estaba cegado por las rosas. Era raro, pero si no lo recordaba, creía que no era importante.

Miller, eran de Miller, Colin. —Colin se dijo a sí mismo,

Una sensación vacía recorrió su estómago y que subía hasta su cabeza y le hacía preguntar cómo algo así podría olvidarse. Quizá era su cabeza mal ordenada y despistada, o Zeus.

Zeus, cómo puede ser que él siendo totalmente distinto a Miller haga olvidar a Colin de la existencia de su novio falsamente leal. Miller es tan precavido y Zeus, él no piensa. Sólo actúa.

—¿Quieres que te haga la cena? —Zeus preguntó y como si fuese su casa, dejó su celular y su cartera en la encimera de la cocina.

Colin permaneció en silencio por unos segundos hasta que salió de su pensamiento que lo hacía sentir culpable.

—No, no tengo hambre. —Colín se tumbó en el sofá y prendió el televisor para que sus ojos pudieran descansar de las rosas.

Esas rosas son de Miller. Cómo es que algo así se puede olvidar, o tú me lo has hecho olvidar, claro, no me traes rosas desde hace semanas y ahora te largas sin haberme dicho nada antes y actúas como si todo esto fuera tan común.

Colín se quedó viendo el televisor y obligó a su mente a no pensar en despechar a su novio. Zeus, sin mucho qué hacer en la cocina, dio unos pasos para llegar a la sala de estar que quedaba a la vista. Se sentó y también vio el televisor junto con Colin. En la televisión estaban pasando un drama policiaco como si fuese Grey's Anatomy, una policía enredada en un triángulo amoroso estaba caminando por Nueva York hacía su departamento y cuando llegó y se tiraba en su cama, pasó una escena reflexionando a sí misma sobre con quién irse mientras veía el rostro de sus amados. Por algo, esto cautivó a Zeus, tal vez esté pasando por esto ahora mismo.

Zeus cambio de canal. Así siguieron durante minutos hasta que lo dejaron en un capítulo de Master Chef, lo vieron durante bastante tiempo, Zeus mentalmente criticaba su mala manera de organizar su tiempo y se lo decía a Colin mientras él los defendía diciendo que media hora era poco, y Zeus defendía diciendo que si se organizan todo saldría bien. La atmósfera del lugar era cálida, tan familiar que a Colin se volvió a olvidar de Miller y disfrutaba de la dulce presencia de Zeus. Ahora discutían de qué tanto podría sobrevivir Zeus en un concurso así, la sala se convirtió en un lugar para hacer sus apuestas. Colin dice que aguantaría antes de la semifinal, Zeus alega que podría ganar el concurso como la buena persona organizada que es, que tiene razón. Es bastante organizado a diferencia de sus decisiones que a veces, pueden ser tomadas de un segundo para otro como fue la vez en que se fue de su casa por lo odioso de su padre. Una decisión que cualquier otra persona la hubiera pensado durante días pero no, él no. Salió y rentó una habitación de hotel con sus ahorros y después de días, logró encontrar un departamento y con el dinero que su abuelo le había dejado como herencia, logró rentarlo y hasta pagar algunos meses y días de comida en lo que encontraba trabajo. Lo recuerda, porque si no lo hubiera hecho jamás hubiera conocido a Colin en la cafetería en la que trabajaba.

Cegado por RosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora