La Jaula de las Locas |STONY|

Π έ τ α λ α

Πέταλα (Pétala)= Pétalos.

En definitiva, Pepper estaba más que descontenta con el escenario que se le ponía encima. Tony, su adorado y maldito Tony, había regresado de su viaje. Y había vuelto con un prostituto entre las piernas. ¿Qué se creía ese rubio?, ¿por qué estaba ahí? La mujer no pudo evitar sentir tanta repulsión contra el chico.

Pero, muy en el fondo y aunque le doliera, ese chico no tiene la culpa de nada. Él sólo cumplía con el trabajo al que se dedica: vender su cuerpo por compañía. Él sólo hacía lo que hacía por el dinero. ¿Qué debería preocuparle? Ese chico está por la plata y Tony estaba cumpliendo un simple capricho. Todo volvería a ser igual que antes cuando menos lo imagine. Ese chico sería cosa del pasado. Ni siquiera sería recordado por Tony. Un simple juego y desperdicio más. Ese chico sin gracia y gesto estoico no podía hacerle nada.

Ella era la mejor amiga de Tony, ella era su mano derecha, ella era lo que de verdad necesitaba. Ese joven prostituto no puede ser nada más que eso. Entonces, ¿por qué le molestaba tanto su presencia?, ¿por qué el verlo le indicaba que era un peligro?, ¿será por la mirada de adoración que Tony le dedicaba?, ¿sería por su inexplicable belleza?, ¿sería porque ese chico estaba con Tony, aún a pesar de tratarse de dinero? No estaba segura, pero no era capaz de pensar con coherencia. ¿De qué se trataba todo esto?

Sentía la tensión subir, haciéndose tan espesa, causada por sus propios celos. El chiquillo rubio seguía con un gesto asustado y sumamente confundido. Bueno, ella también estaba confundida, ¿de dónde lo sacó Tony?, ¿qué es exactamente lo que ocurrió allá en Miami? Nada de esto le estaba gustando. Y temía saberlo. Pero quería respuestas, quería a Tony para sí sola.

¡Ella sólo estaba haciendo su trabajo! Ella era la encargada de echar a todas las pirujas que se metían entre las piernas de Tony. Y quería que ese tal 'Steve' se largara cuanto antes, que ya no tuviera que verlo una vez más. No, no, ¡no lo quería aquí! Quería que todo volviera a la normalidad, quería volver en el tiempo a esas dos semanas y detener a Tony, evitar que se fuera. Mantenerlo a su lado, que fuera nuevamente suyo. Quería volver en el tiempo y detener todo lo que pueda a Tony, ser más dura y detenerlo de cometer todos los errores que ha cometido, demostrarle que ella es todo lo que necesita, que él ya es amado por ella.

Más no podía ser, ¿por qué tendría que serlo?

La mujer frunció el ceño y atacó con su mirada al prostituto. Le dejó en claro que no le agradó y miró hacia Tony nuevamente. El ingeniero estaba solamente en bóxers negros ceñidos a su cuerpo. Los dos hombres estaban despeinados y claramente atolondrados de una noche de sexo. La mujer desvió la mirada y su postura le indicó a Tony que necesitaba hablar con ella, a solas.

El ingeniero supuso bien, pues tomó la mano de Steve y lo llevó hacia la barra para servirle un vaso con agua, que era lo que quería el chiquillo y por eso había bajado en primera instancia.

Le sirvió y dejó que se lo tomara, cuando terminó, Tony le susurró unas cuantas cosas que Pepper no pudo alcanzar a escuchar pero agradeció que se tratara de alejar al hombre de la estancia. No podía, simplemente no podía con la molestia que estaba naciendo en su vientre. Pero siempre fue una mujer de pensar antes de hablar, no dejaría que el impulso de los celos terminara con su paciencia. Ya luego vería qué hacer con Steve. En verdad tenía que hablar en esos instantes con Tony.

Cuando se quedaron solos, Pepper se acercó y se sentó en el sillón. Tony la siguió y esperó a que dijera lo que tuviera que decir. Sabía que debía volver a los negocios, habían unos inversionistas interesados en comenzar una ronda de inversión a una muy interesante valuación para su proyecto a futuro. El trabajo seguía siendo trabajo. Y Pepper era la mejor en quien podía confiar para llevar a cabo todos los movimientos financieros, pero él tenía la palabra final.