The Alarm The Stand

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Parte de eso son las luces.

La sensación de luces blancas ardiendo en su espalda mientras corre a lo largo del campo, pulmones amenazando con ceder, enviando fuego que fluye por sus venas y su cerebro. No hace más que motivarlo, sus pies casi borrosos debajo de él, tirando de él más allá de la línea de cuarenta yardas a la de treinta, a veinte y luego a diez, y oye a la multitud antes de que los vea, todos pisoteando y gritando, fundiéndose en su mente, convirtiéndolos en vagos recuerdos ruidosos.

Él pasa la línea de gol. Él piensa que la multitud se vuelve aún más ruidosa. Se permite una sonrisa en su protector bucal, sólo para él.

Las luces son parte de ello, y también lo es la multitud y la adrenalina que arde y la atención y la gloria. Él ama su deporte, ama el campo, el balón y el equipo. Él nunca amó tanto a algo.

Se vuelve hacia la multitud y se quita el casco, sacude sus brazos y agita el casco y el balón, luciendo una gran sonrisa para la gente. Ellos responden, animados y coreando "Vamos Warhawks!" y si permite que su ego crezca lo suficiente, cree que también puede escuchar que gritan Styles.

No es por eso que se volvió hacia la multitud. Lo ve en el medio, un llamativo cartel dorado brillando en el centro, agitado por lo que sería particularmente un apasionado fan, si las letras no leyeran Harry Styles Apesta en azul oscuro.

Elocuente, piensa Harry. Pone los ojos en blanco y señala a quien está sosteniendo el cartel, luego hacia el balón, articulando para ti. Algunos ojos se vuelven para mirar al del cartel, y los estudiantes se codean a sabiendas, sonrisas satisfechas aparecen en sus caras cuando quien está sujetando el cartel le muestra a Harry el dedo del medio y le articula jódete en respuesta.

Harry se siente a sí mismo sonriendo, no para él ni para la multitud, sino para su chico.

Después de todo, ama a algo más que el fútbol.

Y ahora, después del juego, Harry Styles se encuentra en el medio del campo de fútbol vacío, con el olor a césped y pintura y sudor flotando en el aire, luces que arrastran su sombra por el campo. Nunca se ha sentido más grande que cuando las luces lo hacen parecer como un gigante entre todos los demás, donde su sombra se parece más a quién debería ser que a quién es.

Un golpe en la parte posterior de su cabeza lo saca de sus pensamientos y frunce el ceño, volteándose para comenzar a gritar, o algo, pero en lugar de eso una sonrisa se extiende en su rostro, una más brillante que las luces, él cree.

"Ahhh!" El que lo golpeó levanta los brazos con falso entusiasmo, se pone las manos en la cara y jadea. "¡Es Harry Styles!"

Harry niega con la cabeza, pero no puede quitarse la sonrisa de la cara. "Louis", dice, y levanta las manos para acercarlo de alguna manera, para que Harry pueda tocarlo, para que Harry pueda sentir algo. "Louis, ven aquí".

Louis pone los ojos en blanco y se toma su tiempo mientras camina hacia Harry, los pocos metros que los separan se cierran. Se detiene a sólo unos centímetros de la nariz de Harry, si Harry se inclinara, sus labios se tocarían, y Harry aprieta los puños para evitar extender la mano y acariciar la piel de Louis, la piel suave de sus caderas, la parte donde Harry dejó un moretón púrpura floreciente hace una semana.

Ha pasado mucho tiempo. Ambos lo sienten. El aire entre ellos se está volviendo difícil de respirar.

Los ojos de Louis parpadean hacia los labios de Harry. Y si Harry no estuviera tan conectado con Louis, no habría escuchado el pequeño suspiro que dejó escapar. Louis traga saliva y sonríe con esfuerzo, girando su mirada a los ojos de Harry, y Harry abre la boca para preguntar por qué Louis está tan callado, por qué la piel alrededor de sus ojos está irritada, por qué sus ojos azules –esos ojos azules–, tan azules, sobre los que Harry ha soñado dormido y pensado despierto, parecen tristes.

What this world is about (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora