Al padre de Harry no le cae bien Louis.
Nunca le ha caído bien, desde cuando Louis vino esa primera (y extraña) vez y se sentó entre Harry y su padre toda la cena, frente a sus dos hermanas pequeñas. Recuerda a su madre esa noche, se sentó paralizada en el otro extremo de la mesa, frente a su padre. Recuerda que le temblaba la mano cada vez que el padre de Harry le hacía una pregunta que podía asustar a cualquier persona, y recuerda cómo Louis sonreía y desafiaba a su padre en cada oportunidad.
Esa noche, escuchó a sus padres discutir en la cocina, la voz áspera de su padre arañando la pared y los suaves murmullos de su madre pintando sobre ellos. Nadie lo sospecharía. Su padre estaba diciendo palabras feas y desagradables, unas que él cree que ni siquiera su madre podría tratar de arreglar.
No quiero a un maricón en esta casa, Laura. Su padre estaba caminando con fuertes pisadas, probablemente. Harry estaba arriba, asegurándose de que sus hermanitas aún estuvieran durmiendo y no escuchando nada de esto. Absolutamente nada.
No quiero que él hable con las niñas. Se detuvo para respirar y golpeó algo sobre el mostrador. Harry se estremeció contra el marco de la puerta. No lo quiero cerca de ellas. Y no lo quiero cerca de Harry tampoco.
Lo único que recuerda más de esa noche fue cómo después de que su padre se durmió, se deslizó fuera de su habitación, marcó el número de teléfono y habló. Habló con Louis toda la maldita noche. Susurros tenues y bromas horribles y no era nada serio, ni siquiera un poco, pero Harry podría haber hecho eso toda la noche. Toda su vida. Quería correr hacia su padre y restregarle el teléfono en la cara y solo gritar, mírame, mira lo que estoy haciendo, mira lo que no puedes controlar, mírame, mírame, mírame.
Al padre de Harry especialmente no le cae bien Louis ahora mismo. Louis está en el piso de la sala de estar, y las niñas se ríen mientras pintan de rosa brilloso los labios de Louis. Harry sabe que Louis se lo quitará antes de irse, pero cuando regrese esta noche, le pedirá que se lo ponga otra vez, le pedirá a Harry que lo retire con su lengua.
Harry está sentado en el sofá, y sus padres están en la cocina. Él sabe que su padre los ve, ve a Louis pintar las uñas de las niñas y ve a Harry mirándolos, ve la sonrisa que Harry no puede borrar de su rostro.
"Loouuuueh", dice una de sus hermanas, cantando las sílabas. Se inclina hacia abajo como si quisiera susurrar algo al oído de Louis, como si cubrirse la boca con la mano impidiera que Harry la oyera. "Creo que Harry te está mirando".
Louis mira hacia arriba desde donde está sentado, los rizos de su hermana rozando su cara. Abre la boca en una fingida sorpresa, tapándose los labios con la mano. "¿En serio?" Él mira a Harry y se inclina para hablar con su hermana. "¿Por qué crees que lo hace?" Louis le guiña un ojo, y Harry le devuelve el guiño.
"¡Porque estás usando maquillaje!" La otra niña dice desde donde está tirada en el suelo. Agita sus manos como si fuera obvio. "Solo las chicas usan maquillaje. Las chicas bonitas."
Harry mira mientras Louis levanta a su hermana y la sienta en su regazo. "¿Solo las chicas bonitas usan maquillaje?" Hace un puchero y saca el labio inferior, y Harry requiere de todas sus fuerzas posibles para no agarrarlo y llevárselo a la boca. "Pero, ¿qué hay de los chicos?"
Ella inclina su cabeza como si fuera una decisión seria. "Supongo que también, si son chicos bonitos". Y su otra hermana asiente con la cabeza.
"¿Y yo soy un chico bonito?" Louis les pregunta, pero obviamente está mirando a Harry. Él levanta las cejas, sabiendo lo que le está haciendo a Harry mientras se lame los labios. Los ojos de Harry no pueden apartarse de su rostro, pero en realidad nunca lo hacen de todos modos. Nadie realmente deja de mirar a Louis.
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What this world is about (L.S)
Fiksi PenggemarCada gran historia tiene una introducción, un nudo y un desenlace. Esta es la introducción: esta es una historia de amor, de dos chicos que se encontraron en el lugar equivocado y en el momento equivocado. O tal vez en el lugar correcto en el moment...