Just miró a Marlon caminar por la habitación nervioso y confundido.
-Vas a decirme algo o solo vas a interrumpir mi tiempo con Dimitri dando vueltas de un lado al otro- le reclamó.
-¡Es tu tiempo de trabajo!- Marlon lo señaló acusador- estoy usando horas de trabajo para hablar con mi subordinado y amigo, no puedes ser tan imbécil como para decirme que te quito tiempo con tu príncipe- le reclamó.
-¿Ahora tienes sentimientos, alfa de quinta?- Just se puso de pie y casi de inmediato dio un paso atrás- Espera, espera, ambos estamos sufriendo la falta del lazo con nuestra pareja, hay que calmarnos- Dimitri no iba a morderlo hasta que el proceso de renuncia al título terminara y por lo que veía Marlon no estaba en mejor situación- ¿qué ocurre con Lucas?- decidió tomar el tema.
-No lo sé, yo... no tengo idea de cómo acercarme a él- habían pasado muchos años y aunque pensó que el sello le facilitaría las cosas, la verdad había subestimado el proceso.
-Bueno, ¿cómo lo hiciste la primera vez? No es la primera vez que recorres este camino, recuerda, debes conocer la ruta- rodó los ojos.
-¿Cómo puedes siquiera compararlo? Estaba de camino al banco cuando lo encontré, ni siquiera tuve que llamarlo, vino a mí, ¡desde el principio era mío!- él no había tenido que esforzarse en lo más mínimo, su pareja había ido donde él con gusto y se había quedado a su lado sin dudarlo. Tener que convencerlo ahora... lo tenía perdido.
-Bueno, busca en internet... has invertido en muchas películas, solo recuerda alguna romántica que te sirva- aconsejó a la ligera mientras de reojo veía el reloj y se preguntaba si Dimitri estaría ya de camino a buscarlo.
-No voy a imitar una maldita película romántica- rodó los ojos igual.
-Bueno, quizá no, pero puedes empezar por lo básico, llévale flores, chocolates, invítalo a comer, a cenar, cómprale ropa, joyas, todas esas cosas- nuevamente aconsejó a la ligera olvidándose por completo del tipo de hombre que era Lucas.
-Quizá podría- estaba contemplando el asunto cuando Dimitri llegó a recoger a Just y éste se marcho sin pensarlo. Marlon normalmente no lo permitiría, pero teniendo en cuenta la situación de su emparejamiento decidió dejarlo pasar.
Al día siguiente se armó de valor para comprar un ramo de rosas e ir a ver a su pareja. Lucas estaba dejando a Carlo en su casa y dando instrucciones a la guardia que rodeaba la misma cuando de reojo vio una mancha roja acercarse. Extrañado centró su atención en ello y se quedó congelado al ver a su pareja con un muy llamativo ramo de rosas rojas. Se quedó estático hasta que el sonido de susurros tras él lo despertó y lo hizo enrojecer. Todo su equipo lo estaba mirando.
Decir que Lucas estaba muerto de vergüenza ante la muestra pública de afecto era poco, pero al notar que Marlon estaba peor se sintió mucho mejor. No fue el único gesto ni mucho menos, durante los siguientes dos meses Marlon se dedicó a tener gestos románticos con él, algunos eran más fáciles que otros, las cenas románticas parecían tenerlo especialmente cómodo pero las muestras más personales y públicas era más que obvio que le costaban la mitad de su alma.
Lucas podría haberle hecho las cosas más fáciles, él mismo sentía morir un poco de su dignidad frente a su equipo en cada ocasión, pero ver a Marlon intentarlo con todo lo que podía lo hacía feliz. De alguna forma, los diez años separados comenzaron a desaparecer lentamente, pese a que habían estado separados mucho tiempo, reencontrarse y conocerse nuevamente fue inesperadamente natural, sin duda el poder de sus almas llamándose.
-Puedes dejar de hacer estas cosas- Lucas le concedió cuando estuvieron solos después de que Marlon apareciera al final de su jornada laboral con un oso de peluche de más de la mitad de su tamaño.