CAPITULO 3

637 54 15
                                    

Dayla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dayla

De camino a casa, paseando y caminando por las calles mientras pienso y pienso.

La forma de analizar cuestiones en tu cabeza es prodigiosa. Es un enchufe que se conecta en un interruptor con dificultad de posición. Insertarlo va a depender de la fuerza y gusto que adquieras. Me costó años dar con el interruptor, con mis propios cuestionamientos porque no era mi deseo primordial, tampoco colocaba el puño violento para que se activará.

Ahora, lo hice y no puedo estar más angustiada.

¿Será bueno contarle sobre Edgar a Daniel? o averiguar ¿Qué hace Edgar en esta ciudad? tal vez solo está trabajando.

No estoy segura, pero en mis pensamientos ridículos imagino que Edgar puede estar aquí por mí no siendo solo una casualidad. Despejo esas emociones ingenuas que no me sirven, que no rescatan a una Dayla resistente a todo cortocircuito.

¿Rebuscó en el pasado? ¿Abro heridas?

Lejos de ser parte del pasado, él se acaba de cruzar en mi presente; eso no lo permito, necesito respuestas.

Antes Daniel me aconsejó no hurgar más porque iba a salir dañada, igual repito, es mi presente y posiblemente mi futuro los que saldrán afectados si no halló razones antes.

Sé que no va a ser fácil, es probable que Daniel no me ayude en esto. Lo haré sola, nadaré sola, ni siquiera una barca utilizaré. Si me hundo pues que así sea, ya que en definitiva voy a volver a flotar y recorrer todo el mar hasta hallarme a mí misma, a mi pasado; es decir hasta llegar a una nueva isla para reconstruir mi vida.

— Belleza ¿En qué tanto piensas? — escucho a esa voz masculina y ronca posicionarse a mi lado—  Disculpa si te asusté.

En absoluto pude notar su presencia. No estoy acostumbrada a su aura, todavía...

Seleccionar los olores o pasos que necesito para identificar a los que me importa. Por ejemplo, un grupo de adolescentes me estaba detallando, ahora que giré mi cabeza pude caer en cuenta de una presión en mi espalda cada que caminaba; sin embargo lo ignoré, omití la desfachatez de Biden por observar lo desconocido y extraño.

—Ha, ha, ha —mejor dile hola belleza X2— Hola.

Le regalo una sonrisa, de las convencionales no las tontas que deslumbran la coquetería.

"No le crean"

— Azier ¿no?

— El mismo

Cruzamos miradas y noto esos ojos verdes que me estremecen en un círculo de desfachatez

— ¿Sabes qué? Te noto como tensa y preocupada; espero que todo esté bien.

No le doy el privilegio de buscar en mí una luna de respuesta, porque estas son grandes y notorias. Difiero de un gran llamado de consideración porque él no necesita preocuparse por algo que no le incumbe ni yo necesito desahogarme con un desconocido.

Cerebro vs Corazón © (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora