Milo de Escorpio tiene el honor de ser el último de los Santos Dorados en llegar al Santuario y ocupar su lugar. Terribles rumores circulan de lo acontecido en la isla de Milos; localización donde se entrenó durante doce años; pues allí solo queda muerte y destrucción. Oscuras conspiraciones se tejen en el recinto ateniense. El usurpador, entre otros turbios y peligrosos asuntos, mueve los hilos en la sombras y espera atraer a Milo a su bando. Amistad, rivales, enemigos y de todo un poco se ha de encontrar en su nuevo hogar. Allí tendrá que adaptarse y prepararse rápido, pues Milo llega sin percatarse que es un Caballo de Troya. Algo trae con él y si se libera: todos correrán un grave peligro.