Un dolor de cabeza y de muelas combinado con un golpe en la cara y una torcedura de tobillo, así se sentía Tony cada vez que tenía que convivir con la pequeña personita que parecía disfrutar de sobremanera hacerle la vida imposible. Ángeles lo detestaba, Tony solo quería no tener que dormir con un ojo abierto. Y Pepper, bueno, a Pepper se le ocurrió una terrible solución.