BIENVENIDO Querido lector, te brindo un cordial saludo. De primera mano me estoy obligada a decirte que no soy responsable de las especulaciones que tengas después de haber leído tan inquietante Decálogo, es un simple hecho de cosas que tanto pudieron parecer ciertas como no lo son, quedan, pues, bajo su escrutinio interrogante, podrás aclamar todos los presuntos pensamientos que tengas, no me ofendes, al contrario, me sentiré en mi más regocijante elogio porque mi cometido se cumplio. Creeme si te digo que la creación de este Decálogo no ha sido más que de malicia, pequeños chispazos de travesura y egolatría, si después de haber leído este Decálogo te sientes con tal fortuna de sospechar siquiera que terminarás conociendome, temo decirte que siempre estaré dispuesta a llevarte la contraria, no es por despreciarte, es simplemente que mi alma rebelde y malvada de escritora no congenia con ello. Pretendo simplemente que esto escrito es solo mi broma personal en la que me regocijaré el resto de mis días, o tal vez hasta que decida que ya no es más gracioso, en ese caso, sugiero que te prepares.