Heeseung tenía el encanto natural para ser un cliché andante. Era inteligente, amable y tenía una vida desastrosa llena de tristes recuerdos y vicios controlables. Jongseon era más parecido a él de lo que pensaba. Otro cliché que sus compañeros de universidad podían observar de lejos pero nunca intentar descifrar. Heeseung y Jongseon iban a la misma universidad, tenían amigos en común y se cruzaban en las mismas fiestas. Pero nunca se habían mirado frente a frente. Hasta una noche, en la que después de cruzar unas simples palabras, no pudieron volver a alejarse el uno del otro.