Despierto a las 6:45 todos los días, justamente cinco minutos antes de que suene mi alarma. ¿Por qué me desperté? Me siento robado por mi mismo, cinco minutos menos de sueño, cinco minutos más despierto. Resignado me levanto a descargar todos los líquidos retindos de la noche anterior, un buen momento para empezar a planear mi día. No puedo dejar de pensar en el tiempo, esa pared enorme que cada día está más cerca de aplastarme al colapsar. ¿Por qué me siento así? ¿Por qué escuchar el tic toc de mi reloj genera ansiedad en mi mente? ¿Por qué siento que me congelo en el tiempo pero a la vez viajo muy rápido en él? ¿Qué es este sentimiento? ¿Estaré enfermo? Si, deseguro me estoy enfermando. ¡Claro! ¿Tendré covid? No, creo que solamente estoy en la etapa más problemática de mi vida, más absurda y sobre todo más abrumadora; los malditos veintes.
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