No juegues con fuego

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Emma

Nicole y James ya se habían ido, y Jack me había ayudado a recoger todo el desastre que habíamos causado. Me puse una sudadera para poderme tapar. En 4 días es navidad.

-Terminamos.-Jack volteo a verme, por fin todo estaba impecable

-Al fin.-me senté en la silla de la cocina y él se acercó a mí para abrazarme

-Fue un largo día.

-Y solo estuviste en la mitad de la pelea.- lo abrace por la cintura, mi cabeza estaba en su pecho y podía escuchar su corazón latir

La puerta de la casa se abrió y mi padre entró con Karina. Que asco.

-Hola.-mi padre tenía que hablar, Jack se iba a separar para saludarlo pero no lo deje

-Hola.-contesté mientras lo seguía abrazando

-Podrías dejar un momento a tu novio para saludarme bien

-Fue un largo día, no quiero que me molestes

-Bien, mañana tendremos una comida familiar.- abrió el refrigerador para sacar algo, supongo que algo de tomar

-Bien.- me separé de Jack para pararme.-Los dejamos en paz.-tomé la mano de Jack y lo empecé a jalar para subir a mi habitación y estar en paz

-No se nota tu odio.- dijo mientras cerraba la puerta y reí

-No lo odio, solo que prefiero mi estabilidad emocional.- sonreí y se acercó a mí para tomarme por la cintura

-Me gustas cuando eres bromista

-No estaba bromeando.-puse mis manos alrededor de su cuello. Cuando estamos así de cerca me siento nerviosa

-¿Por qué esa sonrisa?-me sonrió de vuelta

-¿Por qué no?-se acercó a mí y me besó. Sostuvo fuerte mi cintura para acercarme más a él y yo empecé a acariciar su cabello. Este es un tipo de besos que te roba el aliento, poco a poco la intensidad va subiendo para poder tener más del otro, necesito sentir más de él, los besos ya no son suficientes. Empezamos a caminar hacia la puerta, sin separarnos ni un momento.- El seguro.-Dije poniéndolo y sonriéndole mientras volvía a besarlo pero con más intensidad que antes.

Podía sentir el calor de su cuerpo, nuestros corazones latiendo al mismo tiempo, estábamos tan conectados. Empezamos a caminar hacia la cama cuando la sentí con la parte detrás de mi pierna tome la parte de abajo de la playera de Jack y la comencé a subir poco a poco hasta que él se la quitó y me sonrió. Continuamos besándonos hasta que quede recostada totalmente en la cama y me miró. En sus ojos me podía ver reflejada, y podía ver el deseo que tenía, el mismo que tengo yo en este momento. Estaba arriba mío, podía sentir su rodilla entre mis piernas, volvió a besarme y esta vez me mordió ligeramente el labio inferior. Esto se sentía como el mismísimo paraíso. Comenzó a besarme el cuello, dejaba besos húmedos y empezó a subir hasta el lóbulo de mi oreja para pasar delicadamente su lengua.

-Me encantas.- dijo susurrando pasando su lengua, podía sentir como todo mi cuerpo se erizaba.- Eres hermosa Emma.- su voz sonaba más ronca de lo normal. No estoy preparada para esto.

Sus besos empezaron a bajar pero la sudadera empezaba a estorbar así que empecé a subirla para que me la quitara y así lo hizo. La sudadera era lo único que me protegía, estaba otra vez en ropa interior. Sus labios comenzaron a bajar por mis clavículas, iba dejando besos húmedos. Empezó a besar donde estaba el tirante del brassier y fue bajando muy lentamente, pequeños suspiros salían de mis labios, comenzó a besar mis pechos, iba dejando un camino de besos, después besó mi abdomen y volvió a subir para besarme con un beso lento y cálido.

Prisioneros de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora