Metro

401 26 11
                                    

Emma

David y yo nos iríamos a Washington mañana en la madrugada, por lo que hoy en la noche nos iríamos al aeropuerto.

-¿Por qué tienes que ir?-Le había dicho a Jack que era de trabajo

-Porque es una capacitación, solo es una semana en Florida.-No le diría que era en Washington

-Eso nos quita una semana juntos.-Estaba sentado en mi cama haciendo puchero

-Tengo que ir.-Seguí empacando

-Al menos no vas sola, pero preferiría ir contigo

-Pero tú tienes clases y entrenamientos.-Cerré la maleta

-Para mi mala suerte.-Me senté a su lado y recargue mi cabeza en su hombro

-Solo es una semana y estaré de vuelta.-Un pequeño suspiro salió de sus labios

-Te voy a extrañar.-Quiero decirle la verdad, pero aun no debo hacerlo.

-Yo también, pero te marcaré todos los días.-Voltee a verlo y sonreí.-Pobre de ti si no me contestas.-Me miró y también sonrió

-Tranquila.-Soltó una carcajada.-Te contestaré.-Me dio un beso en la mejilla y tomó la maleta.-Hay que irnos.-Bajó las escaleras y se despidió de mi mamá

-Ahorita voy.-Salió de la casa al auto.-Te veo en una semana.-Mi mamá ya había aceptado que me iba a ir , aunque aún no le parecía la mejor idea.

-Espero que David te cuide

-Tranquila, estaré bien.-Le sonreí y le di un beso en la mejilla.

-¿Cuando le dirás todo esto?-Alzó una ceja

-No lo sé, pero mientras deséame suerte para encontrar empleo.-Le sonreí de boca cerrada y me abrazó

-No necesitas suerte hija, eres muy capaz.-Me dio un beso en la frente.-Te ira bien.-Me sonrió y yo hice lo mismo.-Ahora ve si no quieres llegar tarde.-Me despedí y subí al carro

-Vamos.-Le sonreí y arrancó.

El trayecto al aeropuerto fue muy silencioso, pero no incómodo. Me gusta ver a Jack mientras conduce, se ve tan serio, concentrado, tan lindo.

-¿Qué miras?-Siguió manejando, ni siquiera me miró.

-A ti tonto, ¿Qué más podría mirar?-Se formó una sonrisa en sus labios

-Llegamos.- Se estaciono y volteo a verme.-Vamos.-Bajó del carro y me abrió la puerta, después fue por mi maleta.

-Vamos.-le tomé la mano y entramos al aeropuerto. Quedé con David en vernos en la zona de comida así que nos dirigimos ahí.

Pedimos unas hamburguesas y nos sentamos a comer, en un rato debería llegar David para comenzar esta loca aventura.

-¿Me vas a hablar diario?-Mordió su hamburguesa

-Si, tú tranquilo, solo es una semana.-Tomé un poco de refresco

-Pero en un mes me voy.-Hizo cara de niño pequeño

-Tranquilo.-En eso llegó David

-¡Hey! ¿Lista?-Se sentó con nosotros

-Lista.-Sonreí y me robó una papa

-No te preocupes Jack.-Le dio una palmada en el hombro.-No se va a perder y no le pasara nada, la cuidaré como una hermana

-Mas te vale David.-Entrecerró sus ojos

-Aparte, soy bombero y mi deber es cuidar a la gente.-Le sonrió y robó otra papa

-Cómprate las tuyas.-Las alejé de sus rateras manos

Prisioneros de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora