Capítulo 1: El Presagio de una Nueva Amenaza

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El sol comenzaba a ponerse al alba. Los pájaros podían oírse a lo lejos. La destrucción causada por el cataclismo ya había sido restaurada, aunque hubo sitios que no se pudieron salvar, pero Prunia y Rotver no se quedaron de brazos cruzados, y en seguida comenzaron a librar el lugar de aquellos restos para instalar un nuevo y gigantesco laboratorio, con la ayuda de Zelda que ahora tenía la aprobación total de su padre para dedicarse a la arqueología cuanto quisiera, obviamente sin descuidar sus deberes como Princesa Real de Hyrule. El Rey, por su parte, ayudaba en la reconstrucción del castillo de Hyrule, el cual a diferencia del resto del reino, necesitaba más que 6 meses para volver a su antigua gloria.

En cuanto a los campeones, bueno: Mipha había vuelto a la Región de los Zora para continuar con rol como princesa de su tribu y futura heredera del trono de los Zora; Daruk se dedicaba a entrenar a sus compañeros Goron para que fuesen más fuertes de lo que ya eran; Revali seguía perfeccionando sus técnicas con el arco y por supuesto su habilidad para crear corrientes de aire, aunque ahora pasaba más tiempo con los orni; y Urbosa regresó a ser la Matriarca de la Ciudadela Gerudo, en donde se encargaría de enseñar a los Yiga todo lo que tiene que ofrecer la vida, ahora que ya no estaban del lado equivocado del charco, por supuesto.

Al parecer, todo iba de maravilla, ¿no? Bueno, digamos que no todos están tan felices que digamos. Hay solo una persona que a pesar de haber compartido la dicha de haber derrotado a Ganon en un principio, ahora se sentía vacío, inútil, el mal tercio del grupo, a pesar de que son 6 campeones. El único que no estaba tan alegre de haber cumplido su deber, el único que no tenía un rumbo fijo, y el único que, por más cruel que sonase, deseaba que Ganon volviera pronto para revivir la pesadilla. Hay alguien, que no está satisfecho con el resultado: Link. Suena raro, ¿cierto? Sentía más presión que Zelda y aun así se había mantenido fuerte todo este tiempo. Pero ahora quería retroceder el reloj. Quería volver al momento en que sacó la Espada Maestra de su pedestal y no haberlo hecho. Quería volver y darle a Aster su merecido para que así Ganon no lograse su plan, quería volver a ser solo el escolta de la princesa, y no el sujeto que ahora ya no tenía nada que hacer con su vida al haber cumplido con su destino.

Cualquiera podría pensar que podía seguir siendo el escolta personal de Zelda sin problema alguno, ¿no es así? Bueno, las palabras que dijo el hyliano cuando renunció a dicho puesto fueron: "¿Que es una Espada mágica comparada con un poder divino que es de las Diosas mismas? Nada. Por eso no puedo proteger a alguien que no necesita protección", lo cual hizo entender al Rey que Link no quería seguir siendo su escolta simplemente porque, ahora que Zelda tiene el poder sagrado de la Familia Real, no necesita de alguien más para protegerla. Tanto Zelda como el Rey quisieron oponerse ante su petición, pero al ver que Link no aceptaría un no por respuesta, aunque fuesen órdenes del Rey, decidieron aceptar su petición, aunque internamente tristes, y en el caso de Zelda, molesta. Link tampoco estaba muy orgulloso de su decisión, pero sabía que proteger a alguien que se puede defender sola era estúpido, así que era seguir ahí y prácticamente trabajar por hacer nada o renunciar, renunciar era su mejor opción.

Eso había ocurrido hace 3 meses, y ahora Link ya no trabajaba para la familia real de Hyrule, aunque aún conservaba la Espada Maestra por.... razones. Sin embargo, aunque Link ya no trabajaba como escolta de Zelda, la misma encontró un modo de hacer que Link siguiese en el Castillo como caballero para servir a su reino y así poder verlo aunque sea unas veces al día, aunque claro, omitió esa última parte cuando se lo comentó a su padre. Al Rey le pareció una gran idea, por lo que envió una carta hacia Hatelia, donde se vivía Link actualmente, para que fuese hacia el Castillo lo antes posible y así escuchase su oferta. Link creía que se trataba de otra propuesta para estar cerca de Zelda. Sin embargo, algo en su interior le decía que debía ir, y que sin importar lo que fuese, debía aceptar. Además, no tenía nada mejor que hacer ni con su tiempo ni con su vida. Al final, Link preparó a su caballo, Relámpago, para viajar al Castillo de Hyrule. En esta ocasión, llevaría solo la Espada Maestra y su túnica hyliana, pues sentía que ya no debía usar la túnica de campeón cuando los campeones ya habían cumplido con su deber.

Hyrule Warriors: After the Calamity (Historia Zelink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora