Los García cargan con una maldición y esa es son una par de chicos muy propensos a meterse en problemas.
Problemas que se vuelven interesantes y divertidas aventuras después.
Pero no será hasta que lleguen a Bulder, Colorado y conozcan a los cuatril...
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CAPITULO SIETE
TOMARSE DE LAS MANOS
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—Entonces —comentó Ricky—. Buena feria ¿no?
Los demás al ver que era una forma de romper el hielo y la incomodidad que Nicky había causado, decidieron seguirle la corriente al rubio.
—Seguro, miren cuánta comida antigua —comentó June, una linda morena con cabello carbón que era la cita de Dicky el día de hoy.
—Piernas de pavo, costillas, chuletas en una vara —siguió Dawn aliviando el ambiente casi de inmediato.
—Wow, es mucha carne —mencionó Miles señalando las piernas de pavo del carrito de un vendedor.
—No había visto piernas de pavo tan grandes en toda mi vida —dijo Max sorprendido mientras admiraba los trozos de carne.
De repente una nube de humos con una pequeña explosión hizo aparición frente a ellos asustando a todos. De la nube se escuchó una tos y al difuminarse se vio a Dooley vestido de mago.
—Hapers y Garcías —los llamó disipando el humo con sus manos—. Vengan aquí antes de ir allá.
—No entendí, ¿vamos aquí o allá Dooley? —preguntó Nicky confundido señalando a delante y detrás.
—Solo vengan conmigo —respondió señalándose.
—Discúlpenos mientras vamos con ese hechicero —comentó Dawn y sus hermanos con los gemelos la siguieron.
—De acuerdo, no lo olviden, el siempre vigilante Dooley el grande, los estará observando para ver quién completa el triángulo del romance primero.
—¿Cómo nos veras al mismo tiempo? —preguntó Ricky y con mucha razón.
Dooley lanzó una bolita al piso que provocó una pequeña explosión con humo haciéndolo desaparecer.
—¿Cómo nos observará si no está aquí? —preguntó Dicky.
—Estoy aquí —declaró el chico detrás de todos provocando que dieran un grito asustados—. Pero no lo estoy.
Después lanzó otra bolita y desapareció dejando a todos confundidos.
—¿Y qué quieren hacer primero? —preguntó June acercándose a los chicos cuando vieron que Dooley se fue.
—Yo quiero catapultar una sandía —respondió Avery, la cita de Ricky, con ese tono raro en la voz que la caracterizaba.
—Yo quiero probar una pierna de pavo —agregó Olivia.
