Los García cargan con una maldición y esa es son una par de chicos muy propensos a meterse en problemas.
Problemas que se vuelven interesantes y divertidas aventuras después.
Pero no será hasta que lleguen a Bulder, Colorado y conozcan a los cuatril...
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ESPECIAL DE NAVIDAD
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-¡Dos días para navidad!
-Oh no -suspiraron todos los García al mismo tiempo mientras Max entraba a la cocina con una cámara de vídeo.
-Dos días para navidad familia -repitió grabando a su hermana y a sus papás con acercamientos a sus rostros mañaneros que no eran nada favorecedores.
-Lo sabemos -gruñó Giselle dándole un manotazo al lente de la cámara-. Llevas la cuenta desde hace una semana.
-Si, porque todos ustedes suelen olvidar muchas cosas.
-No lo hacemos cariño -dijo Jessica dejando un beso en su cabeza-. Ahora apaga eso y siéntate a desayunar.
-Claro -contestó Max apagando la cámara y tomando asiento junto a su gemela-. ¿No les emociona nuestra primera navidad en Bulder?
-La verdad, me gustaban las posadas en México -mencionó Giselle llevando una cucharada de cereal de chocolate a su boca-. También creo que los tamales el 24 son mejores que lo que sea que hagan aquí.
-Pero eso se compensa con nieve y la llegada de Santa Claus -dijo Max con ilusión provocando que los adultos se atragantaran con su café y Giselle con su cereal.
-¿A qué te refieres campeón? -preguntó Adrián con curiosidad.
-Ya saben de lo que hablo, Santa Claus y sus renos con su trineo mágico y todas esas cosas que hicieron ilegales en México -explicó Maximiliano-, pero esta vez que estamos aquí, por fin podré filmar a Santa como hice con los Reyes Magos hace un año.
El resto de la familia intercambió miradas de preocupación. Alguien tenía que decirle a Max que Santa solo era un cuento y que su famoso video de los Reyes Magos eran sus papás y su tía Alejandra disfrazados.
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Los Harper estaban en SúperdeporTom ayudando a sus padres, ya que en las vísperas de navidad la tienda se llenaba de clientes. Los cuatrillizos se encargaban de cuidar a los niños que traían los compradores mientras sus padres atendían su atracción de Santa Claus.
Todo estaba bien, excepto por los trajes de elfo que los chicos debían de usar como uniforme.
-Gracias, vuelva pronto -se despidió Ricky recibiendo la propina de una de las madres. Se giró hacia el resto de sus hermanos-. ¿Cómo van?
Nicky estaba amarrado en un poste con luces de colores mientras unos niños le lanzaban comida. Dawn tenía a dos niñas peinándola y Dicky les contaba una historia a otros dos niños.
