Los García cargan con una maldición y esa es son una par de chicos muy propensos a meterse en problemas.
Problemas que se vuelven interesantes y divertidas aventuras después.
Pero no será hasta que lleguen a Bulder, Colorado y conozcan a los cuatril...
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CAPÍTULO CINCO
DUELO DE MADUREZ
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Al siguiente día los chicos regresaron a Superdeportom para invitar a las chicas después de enseñarle a Nicky a andar en bicicleta. Eso resultó en el menor de los cuatrillizos con una curita verde en la frente y las piernas adoloridas en la ingle.
—Au, au, au —se quejó Nicky sobando sus piernas.
—¿Tienes que quejarte tan alto? —se irritó Ricky.
—¿Tenías que enseñarme a andar en bici antes de invitar a las niñas a una cita? —le respondió molesto el pelinegro.
—Bueno, creí que te daría confianza para esto —se justificó Ricky.
—Y lo hizo —respondieron Dicky y Max al mismo tiempo chocando los cinco.
—Lo lamento Nicky, pero en serio eres pésimo en la bicicleta —comentó Max dándole una palmada a Nicky en la espalda.
—Eso me hace sentir bien conmigo mismo —agregó Dicky con satisfacción.
—De acuerdo, ahí están —murmuró Ricky señalando a las cuatro chicas en la mesa.
—Hay que hacerlo —asintió Dicky y juntos fueron a la mesa.
—Hola chiquillas —llegó Ricky y todos se posicionaron detrás de una niña.
—¿Qué cuentan? —dijo Nicky de una forma casual—. ¿Ya conocen a Max? Es nuestro nuevo vecino.
—Y estoy soltero señoritas —agregó el chico con galantería.
—¿Les gustaría tener una cita con nosotros en la feria renacentista? —preguntó Dicky con coquetería.
—Claro, ¿por qué no? —respondieron todas al mismo tiempo.
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Con las chicas:
—¿Qué estarán planeando esos cuatro? —preguntó Dawn a sus dos amigas que estaban haciendo tarea.
Giselle miró a su hermano con curiosidad.
—Max tiene el rostro de “guapo” —comentó haciendo comillas—. Eso significa que está coqueteando o algo parecido.
—No lo sé chicas, pero no se ve cool —contestó Mae mirando a los chicos despedirse de sus citas para luego verlos llegar a la mesa.
—¿Adivinen quiénes están en el siguiente bote a isla madures? —comentó Nicky con superioridad.
