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Nota del autor: Este libro está constituido por varias historias independientes centradas en varios personajes de Jujutsu Kaisen por los lectores/as. Presentan contenido +18 así que ya están advertidos. Sin más nada que decir espero que disfruten las historias.
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Tenías catorce años de edad. Catorce años y cuatro meses para ser exactos. No recordabas cuando te diste cuenta por primera vez de los ruidos procedentes del dormitorio situado al otro lado del pasillo, pero debía haber pasado ya un año.
Te acercabas a la puerta del cuarto de tus padres sobre la punta de los pies y, al principio, te limitabas a escuchar. Tu padre y tu madre hacían los mismos ruidos que habías escuchado con tanta frecuencia. Tu padre respiraba con mucha fuerza y, de vez en cuando, gruñía, y tu madre exclamaba «oh» una y otra vez.
Durante muchas semanas, eso se convirtió en una preocupación nocturna. Tu imaginación era vivaz y podías verlos en toda clase de posiciones sexuales. ¡No entendías que tu madre, que frecuentaba la Iglesia, hiciera todas las cosas que acudían a tu mente!
Después de escuchar, regresabas sin hacer ruido a tu cama y, bajo las sábanas, te dabas masajes en tus partes inferiores y tirabas con suavidad de tus incipientes pezones.
De pronto, una noche, se produjo una sorpresa. Esa noche, tus padres dejaron encendida la lámpara de la mesita. Viste que salía luz bajo la puerta y, al principio, casi te daba miedo acercarte a ella, pero te sentiste atraída como una polilla a la llama. Miraste por el ojo de la cerradura y viste algo que nunca olvidarías: tu madre estaba de espaldas con las piernas totalmente levantadas en el aire y apoyadas en los hombros de tu padre. Este último estaba entre las piernas de la mujer moviéndose, acercándose y alejándose de ella.
Repentinamente -de modo incontrolable- estornudaste
-¿Qué fue eso? -oíste lo que decía tu madre.
Te sentías demasiado congelada/o como para poder moverte, pero viste que tu padre se apartaba de tu madre y viste que su pene oscilaba en el aire con gotas blancas en la punta.
Avanzó hacia la puerta y huiste aterrorizada a tu habitación.
-No es nada -lo oíste decir, mientras abría la puerta y la volvía a cerrar, por encima de los fuertes latidos de tu corazón.
Nunca volviste a animarte a ir hasta la puerta, pero permanecías despierta por las noches acariciándote y preguntándote qué sentirías si tuvieras a alguien
que te hiciera esas cosas.Fue en tu primera cita cuando descubriste cómo sucedía mucho tiempo después.
Megumi, un joven de dieciocho años que jugaba en el equipo de básquetbol, te pidió que bailaras con él. El baile tenía poca asistencia y te preguntó si querías ir con él al cine. Le dijiste que sí. Conversaste con él todo el tiempo para ocultar tu ansiedad. En la sala del cine, te sentaste en los lados, lejos de las demás personas.
Durante mucho tiempo, sólo viste la película y, de pronto, te diste cuenta de que estabas tan consciente de que Megumi estaba a tu lado que ni siquiera te habías dado cuenta de que el protagonista te sonreía desde la pantalla.
Al cabo de un rato, de modo torpe, Megumi pasó el brazo sobre el asiento por detrás de ti; te sentiste helada/o. Después, imperceptiblemente, te echaste hacia atrás. Sentiste que su mano se acercaba más a tu hombro y que, luego, reposaba
sobre tu piel desnuda. Mientras tanto, observaba fijamente la pantalla, como si no se diera cuenta de lo que estaba haciendo su brazo izquierdo.Te impulsó más cerca de él y te desplazaste sin resistencia. Cuando se volvió a mirarte, sentiste escalofríos por todas partes. Luego, se inclinó y te besó, y deseaste que volviera a hacerlo. En ese momento comprendiste que lo amabas.
Sin embargo, Megumi se echó hacia atrás y pareció embobado nuevamente en la película. Muy pronto, con la cabeza apoyada sobre su hombro, sentiste que sus dedos se acercaban hacia el centro de tu camisa y que se abría paso lentamente bajo ella y colocó la mano sobre tu pecho desnudo. Estabas absolutamente inmóvil. Luego, su otra mano acarició tu cuello; tiraba suavemente del pezón y dejaba que su dedo descendiera sobre él.
Después, pasó la mano sobre todo tu abdomen y comenzó a hacer lo mismo. Escuchabas tu propia respiración. Pusiste tu mano sobre la suya y se la oprimiste con mayor fuerza sobre tu pecho. Entonces, sentiste su otra mano sobre tu muslo: como si hubiera caído allí accidentalmente sin ninguna finalidad. Muy pronto sentiste que su mano se desplazaba bajo tu cintura.
Involuntariamente, separaste las piernas cuando sus dedos llegaron al reborde de tus pantaletas. Sus dedos juguetearon por afuera y te echaste más atrás en tu asiento, pasó por debajo de la tela y comenzó a acariciarte el vello púbico, que
era tan suave y mullido. El resto de sus dedos se unió al primero y tuviste que controlarte cuando avanzó entre tus piernas, mientras sus dedos ascendían y descendían por tu montículo. Cerraste los ojos.Luego, hubo un flujo de jugos que no comprendiste muy bien, pero era muy agradable... y te parecía estar flotando...De pronto, te diste cuenta de que la película estaba terminando.
Megumi retiró las manos y las luces se encendieron. Se inclinó una vez más para besarte y trataste de apoyar tu pecho contra él.
Después, como si no hubiera sucedido absolutamente nada, te preguntó:
-¿Te gustó la película?
-Ya lo creo -murmuraste.
-Podemos volver pronto juntos. ¿Te parece?
-Sí -respondiste con dulzura-. Muy pronto
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Dynamite || Jujutsu Kaisen x Lectora/or || +18 || Sexual-shots
FanficOlvídese de que las fantasías sólo existen en la imaginación y descubra cuán a la mano se encuentra la posibilidad de hacer de un disparate una realidad placentera; posibilidad doblemente atractiva si de placer se trata. Tan sólo déjese llevar por l...