🌹║Final

752 92 10
                                    

Cuando Taeyong despertó, se encontró sólo en la cama con la notoria ausencia de Ten en ella. Se levantó de un salto y tomó sus bóxers del suelo, extrañamente la ropa de Ten seguía botada sobre el suelo en un gran desorden.

Luego de un corto baño, Taeyong salió vestido con unos pantalones negros a juego con una camisa azul oscuro y encima de ésta se puso el suéter negro. Sonrió al recordar aquella noche donde conoció a Ten, con el jersey y un pantalón azul claro. Jamás pensó que llegaría a depender tanto de Ten.

Yendo a la cocina por algo para comer, se encontró con una nota pegada al refrigerador. Pocas veces y había visto a Ten fuera de la universidad, pero le bastaba lo suficiente como para saber que era la letra de Ten.

"Lo siento, Yongie, tengo que ir con mamá"

Taeyong pegó un bote al terminar de leer la nota. El grito desesperado quedó atrapado en su garganta. Ten le había dicho que no se iría con Chaerin, le había asegurado que se quedaría con él y con sus amigos.

Te golpearé cuando te encuentre.

Buscó en su buró las llaves de su Caliber negro y quiso gritar cuando se dio cuenta de que Ten las había hurtado y lo había dejado sólo y sin la posibilidad de buscarlo. Su vecino tenía una bicicleta que usaba todas las mañanas para hacer ejercicio, pero prefería mil veces correr al aeropuerto antes de montarse en esa cosa.

Salió de su departamento y bajó corriendo las escaleras, olvidándose de que en la esquina había un elevador desocupado. Al llegar a la recepción, Taeyong ya estaba con el alma afuera.

Claro, él, un chico genial, guapo, con figura deseable; podía ser muy apuesto pero un completo cero para el ejercicio. Y ahora el bajar cuatro pisos se lo había cobrado muy caro. Golpearía a Ten por hacerlo correr de esa forma tan temprano por la mañana.

Corrió fuera del edificio y paró el primer taxi que sus ojos vieron. Subió a paso velos, ignorando a Yukhei y Jungwoo bajando de la Lincoln del mayor. Ambos chicos se quedaron en blanco al ver pasar a un furioso Taeyong en busca de un taxi.

Jungwoo frunció su ceño al ver pasar al pelirrojo, lo siguió con la mirada mientras apretaba la mano de Yukhei. La última vez que visitó a Taeyong, estaba con el tailandés. ¿Qué no se supone que debería estar con Ten?

¿Qué rayos? —Jungwoo se encogió de hombros como respuesta a la pregunta de Yukhei. El menor le regaló una mirada coqueta al moreno.

Sabes... —se abrazó al cuello de Yukhei y acercó sus labios a los del mayor para tomar entre sus dientes el labio inferior de Yukhei. El moreno soltó un suspiro y apretó las caderas de Jungwoo.

Mmmh...

Tenemos el departamento para nosotros solos...

Yukhei sonrió con malicia antes de atacar los labios del menor, acercó al coreano hasta que sus pechos chocaron uno contra el otro. Yukhei se dedicaba a morder y saborear los labios de Jungwoo, mientras que sus brazos se enrollaban más en la cintura del menor. Ambos gimieron cuando sus lenguas chocaron.

Jungwoo soltó un suspiro gustoso y arqueó la espalda cuando sintió el amarre de Yukhei en su cadera. Estaba seguro de que si no estuvieran en medio de la calle, besándose de forma hambrienta como ahora, Yukhei ya lo tendría sobre el suelo y encima de él. Pero no podía hacerlo con tantas personas viendo.

Jungwoo se quejó cuando Yukhei lo tenía con la espalda demasiado inclinada hacia atrás. Se separó del moreno y juntó sus frentes, sin dejar de ver los labios de Yukhei e intentando recuperar la respiración.

lips to divide up│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora