— Zylka te acompañará —fue la linda manera en la que Cal me acorraló después de decirle que quería visitar a Bonnie y al resto de mis amigos. No le había dicho el porqué, aún no quería hacerlo.No quería decirle aún la mierda en la que Edmé me había envuelto. Lo observé, dedicándole una sonrisita y terminé de vestirme —la verdad es que le había robado una camiseta y un suéter— y me giré a verlo con las manos sobre las caderas.
— Los chicos aún no lo quieren cerca, lo sabes —enarque una ceja. Las suyas se fruncieron, ya sabía que detestaba eso de que culparán a su hermano por mentirles sobre quién era, me causaba cierta ternura, por mucho que se hiciera el rudo y le hablara de forma bastante grosera se notaba cuánto le agradaba volver a ver su hermano, para mí, era evidente cuánto lo quería.
— Entonces Regan —replicó, cruzándose de brazos, haciendo que sus bíceps resaltarán y por ende yo me distrajera unos segundos y casi me pusiera a babear. Era tan sexy sin intentarlo.
— No van aceptarlo, Cal —negué con mi cabeza, concentrándome de nuevo en nuestra pequeña discusión-conversación.
— Es mitad humano —se quejó, endureciendo su expresión.
Sonreí, divertida.
— Si, y también mitad vampiro.
— Tu estás con alguien que es mitad vampiro —gruñó, rodé los ojos y le dí un rápido beso en los labios que hizo que por lo menos la tensión en su mandíbula desapareciera.
— Es diferente —dije, pasando mis brazos por encima de sus hombros cuando me tomó por la cintura y me pegó a su cuerpo. Enseguida sentí todo el cuerpo arderme.
— ¿Cómo podría...? —comenzó, pero no le dejé terminar.
— Cal —suspiré con cierto cansancio—. Ya hablamos de esto, no tienes porque sobreprotegerme —dije—. Estaré bien, son mis amigos.
— No me fío de ellos aún —refunfuñó, mirándome a los ojos—. En especial de la morena, esa que parece que le gruñe a todo mundo, en especial a Zylka cada vez que lo ve.
— Tu le gruñes a todo mundo —rodé los ojos, besé sus labios cuando me miró feo—. Solo confía en mí, ¿si?, serán un par de horas después vendré aquí y pasaremos el resto del fin de semana juntos.
— Al menos déjame llevarte —suspiró, derrotado. Sonreí como un angelito antes de besarlo, me devolvió el beso pero con más ferocidad, como si tampoco tuviera suficiente de ello. Solté una risita divertida cuando me alzó hasta hacerme enredar las piernas en su cintura y nos llevo de nuevo hasta la cama haciendo que mi espalda chocará contra el colchón.
Habíamos pasado la noche en su casa, y aunque había tenido la idea de que pasara algo más que solo dormir juntos decidí que podíamos esperar. Esperar al menos hasta que yo supiera como decirle sobre la mordida, esperar a que mis amigos pudieran brindarme alguna clase de oportunidad para poder librarme de esa situación de mierda.
— Debo irme —le dije, él gruñó y volvió a besarme haciendome reír—. Cal...
— No quiero que te vayas —confesó, uniendo su frente con la mía—. ¿Por qué no te quedas y vemos una de tus tontas series favoritas?
— ¡Yo no veo series tontas! —me quejé, apartandolo y fallando en el intento, a veces me enfadaba su fuerza sobrenatural. Cal sonrió y negó con su cabeza—. Y debo ir, es... importante —murmuré.
Me miró largos segundos en silencio antes de asentir con su cabeza, resignado.
— Bien —dijo. Salimos de casa y trepamos al Jeep, bueno yo tuve que subir con su ayuda porque el endemoniado auto seguía siendo muy elevado para mí como para poder haber subido de forma tan normal como lo hacía Cal.
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MALAS INTENCIONES
VampiroHubo muchas veces en la que me cuestioné si era lo correcto. Muchas noches me pregunté si amarlo no era acabar conmigo misma, entrar a su mundo, conocer sus secretos. Y otra veces, cuando lo tenía cerca lo único en lo que podía pensar era en que l...