29 | Quédate o vete

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Ariana Grande — Leave me lonely 

¿Es amor cuando tan fácilmente dijiste adiós?
¿Es amor cuando te rendiste antes de que lo intentáramos?
¿Es amor cuando me robaste mi tranquilidad mental?
¿Es amor cuando lloras, lloras y lloras?

Así que cuando cruces por esa puerta
No regreses nunca más
Mi corazón ya tuvo suficiente de dar y recibir

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Unas semanas después estaba en casa buscando algo que hacer para entretenerme pero estaba apunto de explotar al no encontrar nada cuando sucedió. Tocaron a la puerta y al ser la única en casa me toco la responsabilidad de abrir la puerta, la sorpresa fue obvia en mi rostro y algo parecido al anhelo y alivio me recorrió el cuerpo entero al ver a Cal de pie fuera de la entrada de mi casa, verlo ahí de pie después de semanas de saber nada sobre el fue como respirar aire fresco de nuevo, como si hubiese estado encerrada en algún rincón pequeño. 

Sin decir nada deje que entrara mientras le daba la espalda y caminaba hasta la sala. 

— Hey —habló él, caminando hasta mi y quedándose de pie a un lado de uno de los sillones individuales.

— Hey —repetí, mirándolo antes de hacerle un gesto para que tomara asiento que aceptó y se sentó, uniendo las manos. De reojo observé que jugaba con el pequeño dije que le había regalado en su cumpleaños—. No sabía que vendrías —admití y me señalé a mi misma, vistiendo unos flojos pantalones y un suéter que me iba grande.

El sonrió de lado y negó con su cabeza.

— Siempre luces preciosa —dijo en voz baja. Inmediatamente las lágrimas se me acumularon y lo miré con cierta tristeza, no sabía cuánto lo había extrañado hasta que lo ví entrar por esa puerta—. ¿Cómo has estado?

— ¿Físicamente?, bien, me recupero. Lento pero he avanzado —dije y sentí como la mordedura en mi cadera me ardía. Apreté los puños—. Emocionalmente sigo siendo un desastre.

— Lamento no haberlo evitado —soltó, apreté los labios. No quería hablar de ello, no todavía.

— Zylka me habló sobre que has estado ocupado con la investigación —dije cambiando de tema, él asintió cauteloso al verme limpiarme las lágrimas de forma no tan discreta como esperé hacerlo.

— Hemos descubierto algunas cosas —aceptó.

— ¿Cómo cuáles? —inquirí, mirándolo.

— No creo que debas saberlo. Suficiente has tenido ya —me dijo con suavidad. Menee mi cabeza y le insistí en que me lo dijera, después de todo ya estaba envuelta en todo aquel lío—. Los hombres que atacaron a tu padre forman parte del clan de mi padre y el tipo que te estuvo siguiendo en la ciudad era uno de ellos —informó, me quedé mirándolo mientras él hablaba—. Zylka me habló... sobre que jamás me enfrenté con mi padre y que el llevaba muerto desde hace décadas así que... estamos un poco como al principio. No sabemos porque nos ataca el clan Kozlov, cuántos son y qué es lo que ganarán conmigo y mis hermanos muertos —hizo una pausa y se pasó una mano por el cabello—. Hablé con la madre de Kidman.

Parpadeé.

— ¿Te uniste a ella?

— Tuve qué, tiene muchos contactos con las personas en la ciudad que pueden brindarme información —dijo e hizo una mueca con sus labios—. Aunque le aclaré que igualmente quería matar a su hijo.

— No creo que le haya hecho mucha gracia, entonces —medio bromeé. Me miró y me sonrió negando con la cabeza.

— Me he enterado de algo —dijo está vez de forma seria, alcé las cejas y esperé a que continuará—: Al parecer, los asesinatos de todas esas chicas tienen que ver con el clan de mi padre, les drenaban la sangre para una especie de ritual y lo hicieron precisamente aquí para que pudiera llegarme la indirecta tarde o temprano aún así no sé para qué, no tengo idea de porqué tienen algo contra mi cuando es bastante obvio que no quiero regresar y no pretendía en ningún futuro volver.

MALAS INTENCIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora