𓆣 𓆙Capítulo No. 2 𓆙𓆣

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Han pasado 10 años desde que el príncipe Harrithet fue llevado a los templos de Crefftk  para su educación en el sacerdocio, diez  largos años donde el joven príncipe ha cambiado tanto fisico como mentalmente, en cuanto al reino, el faraón ha estado al mando por todos esos años, regiendo sabia y justamente, su promogenito el príncipe heredero  se ha convertido en un príncipe amado por todo el pueblo, tengo ricos, pobres y esclavos, todos ellos rezaban para que el príncipe tuviera salud, y la bendición para tomar decisiones acertadas, en cuanto a la princesa Lutt, la niña linda se habia convertido en una señorita agraciada y gentil, pero con algo de inseguridad sobre su prometido, no todo puede ser miel sobre hojuelas...

𓁟𓁝𓁑𓀫𓀩𓀞𓀠𓁈𓁉𓀵𓁟𓁝𓁑𓀫𓀩𓀞𓀠𓁈𓁉𓀵𓁟𓁝𓁑𓀫𓀩𓀞𓀠𓁈𓁉𓀵𓁟𓁝𓁑𓀫𓀩𓀞𓀠𓁈𓁉𓀵𓁟𓁝𓁑𓀫𓀩𓀞𓀠𓁈𓁉𓀵𓁟𓁝𓁑𓀫𓀩𓀞𓀠𓁈𓁉𓀵𓁟𓁝𓁑𓀫𓀩𓀞𓀠𓁈

El sol incandescente golpeaba el ambiente de Egipto, la calidez de esa luz era una bendición por el dios Ra, no había nada mejor que la temporada del obligo del año para los egipcios.

En un barco, justo en estribor un joven con sus manos apoyadas en el barandal, observaba con nostalgia y alegría, aquella tierra que una vez fue su hogar, aunque aun lo siguiera siendo, su ausencia dejo un vacío que trataría de llenar con aquellas personas que amaba.

Esa persona que se fue como un pequeño niño adorable y lindo, volvía como un joven hermoso y atractivo, su cabello corto azabache, su cuerpo bronceado y saludable, la altura era mas que obvio que creció dándole una figura envidiable, el reflejo del sol rebotaba sobre su pecho desnudo por ultima vez antes de llegar a puerto, donde tenia que usar esas ostentosas joyas que lo representaban como un príncipe y el siguiente sacerdote de Seth.

— Mi señor — El príncipe suspiro cansino, y sin voltear al sirviente, con un gesto le dijo que continuara — Ya casi llegamos a puerto, debe prepararse — Ahora si el príncipe se giro a verlo, el siervo se quedo petrificado, no es como que no lo hubiera visto de frente, pero los ojos de ese hombre eran hipnóticos, resaltados con ese maquillaje negro que los rodeaba.

— Bien, lo haré enseguida — La voz de Harry se escuchaba clara y pausada, como tomándose el tiempo de contestar, su adiestramiento había sido muy meticuloso con los modales, el príncipe fue a su camarote y tomo las joyas que cubrirían su pecho, también tenia una especie de fina corona de oro que usaba en la cabeza, tomo una bocanada de aire antes de salir de nuevo a cubierta.

El barco ya estaba encallando en el muelle, el príncipe contemplo las estructuras que alguna vez le fueron tan conocidas, sonrió sin mostrar su dentadura, le hacia muy feliz regresar, vio a sus sirvientes bajar su equipaje, el príncipe estaba a mitad de bajar cuando se le vino una idea, nadie lo reconocería todavía, así que con discreción se escabullo para pasear por el mercado de Egipto.

Volvía a sentirse como aquel niño que había sido obligado a irse, recordar esa época cuando se escaba de los sirvientes de palacio, el príncipe camino por el mercado viendo todo a su alrededor, las cosas habían cambiado, "SI", pero no tanto, aun permanecía ese ambiente cálido.

— Wow, esto no estaba — Dijo al ver un gran edificio, en el centro una puerta, el príncipe se adentró, era una tienda de especias exóticas, camino por el local, una anciana lo recibió.

— Bienvenido joven, ¿Qué puedo hacer por usted? — Harry observo a la ancianita.

— Hola, por el momento estoy bien, si veo algo que no sea que es, le preguntare — Dijo con voz amable con una leve inclinación, la anciana, asintio y volvió a ocuparse de sus cosas, caminaba muy lento, por su edad era de esperarse, Harry siguió viendo el local, llego hasta una estantería donde había flores, observo una flor extraña.

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