08

1.1K 128 3
                                    

Madeleine y Luke siempre fueron una pareja tranquila, que se complementaban el uno con el otro, para ser tan jóvenes su relación era de las más maduras que podías ver entre jóvenes. Su primer beso se denominaba para ellos el mejor, y no por solo ser el primer beso, fue espontáneo y único, bailando canciones de la banda favorita -y ahora la nueva banda favorita de Luke- de Madi, Queens. Tanto baile, risas y competencias de baile ambos se dieron un beso cuando Ross y Windsor dieron un paso juntos quedando muy cerca, fue sin pensar y Queens sonaba de fondo. Su beso término y siguieron más embobados su momento juntos.

—Lamento que mi agenda este tan llena.

Tomados de la mano, Madi y Luke conversaban y tenían su privacidad de pareja que tanto habían esperado.

—Pero no es nada, son cosas que pasan—Luke le sonrió y para alegrarla le robo un corto beso en sus labios.

Madeleine sonrió bajando la cabeza, le encantaba cuando Luke hacia gestos románticos.

—Puedes venir si quieres a las actividades.

—Pero arruinaría tus actividades y la de tu familia—la rubia no hizo más que una mueca.

—La cosa es que luego, regresaremos a ser esos niñatos.

—Extraño a esos niñatos—puchereo Luke.

Siguieron paseando despreocupados de lo que pasaría en el futuro, una ojiverde y un ojimarron disfrutando su tiempo juntos.
Momentos como esos les hacían recordar  cuando estaban en Nueva York saliendo en citas o escapando cuando iban en salidas con la familia Ross.

—Te presentó a una iglesia construida en el siglo 18—bromeo Madi.

Frente a ellos una iglesia bien cuidada blanca con decorados rojos se encontraba, en medio de todo el gran parque.

—Tienen una Iglesia y un cementerio, ¿eso es normal?

—Lo dudo. Pero lo bueno es que puedes ser bautizado, tomar la comunión, tener la confirmación, casarte y ser sepultado—enumeró de a poco Madeleine—Pero nadie puede ser casado, las bodas reales se hacen en la gran catedral donde caben entre 2.000 personas. Aunque en el Fondo, siempre quise casarme aquí.

El pecoso sintió eso como una indirecta muy directa de parte de su pareja. Para el aún eran muy jóvenes, no llegaban a tener los 18 y tenía nervios sobre el compromiso con alguien, aunque en el fondo, el chico le gustaría casarse con aquella muchacha que hacia latir como loco su corazón.

—Pensaste entonces en casarte.

Madi hizo una mueca—Tal vez, en ocasiones, ¿y tu?

—No... No—negó varias veces y Madi alzó una ceja viéndolo—1 o 2 desde que empezamos a salir.

Los momentos donde empezaron a salir, el pecoso pensó pero descarto por lo pronto o por la edad que tenían.

—Si algún día, pasa en el futuro, que quieres casarte no tendría problema en hacerlo donde quieras—la rubia se escogió de hombros.

—Podría ser con temática de Krypton, tu serias mi reina y yo tu rey.

—Y que tengas una capa, no me olvido de tus "poderes".

—Mis pecas son poderosas.

Rieron y bromearon, contando su maravillosa boda de en sueño. Cuando la charla se puso más sería, el agarre de manos fue apretada por la más baja.

—Es raro todo esto, pero creo que has visto que no cambie. Sigo siendo la misma Madi de Nueva York.

—Lo note—le dedicó una media sonrisa y se acercó a ella—Y me alegra eso.

ROYAL CHRISTMAS | luke ross ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora