Capítulo 1

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No me gusta ver a las personas llorar. Eso lo descubrí desde que vi a una de mis hermanas hacerlo porque le gustó alguien que le rompió el corazón. Rin. Desde ese día en donde la abracé y le aseguré que todo estaría bien, sabía que me sería difícil ver a las personas que amo o quiero hacerlo.

Justo ahora en donde Kanna llora en mis brazos no me siento cómoda. Está atascado el te lo dije, pero no es eso lo que ella necesita ahora. Lo que ella necesita en este momento es una amiga para acompañarla en su dolor, y esa amiga soy yo.

Ya sé lo que dirá sin necesidad de que hable. Sus lágrimas y dolor llevan nombre y apellido: Naraku Taisho.

Ese jodido idiota lo ha hecho otra vez. Una vez más una de mis amigas hizo la pasarela del dolor por él. Pero tampoco puedo culparlo del todo, le advertí a Kanna como era, pero creyéndose el cuento de que el mujeriego cambia al final, decidió darlo todo. Entregó su alma y cuerpo a un tipo que le dejó en claro desde el principio que no se iba a enamorar de ella.

Cuando ella se siente mejor me mira, sus ojos están rojos.

—Ya me siento mejor, gracias Kikyo—beso su frente con cariño.

—Tú tranquila. Ve al baño y limpia tu carita, pronto comenzará la próxima clase y no la puedes perder, vas horrible en la materia—le recuerdo en tono suave. Ella sonríe y asiente.

—Adelántate. Iré al baño—se aleja y me levanto saliendo del salón solitario. Con mi caminar llamo la atención masculina. No es que la busque, es que la obtengo sin desearla.

Yo fui de esas chicas que se desarrollaron a muy temprana edad. A mis 10 años llegó mi primera menstruación. A los 14 ya tenía tetas y culo digna de alguien más mayor. Ahora tengo 16 años. Tengo un cuerpo catalogado como "de infarto" pero no me gusta que los hombres se queden como babosos mirándome el culo al pasar. Es muy incómodo.

Veo al causante de las lágrimas de mi amiga y avanzo el caminar. Él ríe de algo y yo ruedo los ojos. Me detengo justo detrás de él. Su acompañante me mira y hace esa cosa estúpida de recorrerme con la mirada y lamerse los labios. Asqueroso.

Naraku da la vuelta para ver qué ha captado la atención de su amigo encontrándome con las manos como jarras en mis caderas. Su sonrisa incrementa como siempre que me ve, le encanta fastidiarme.

—¿Qué hice ahora?—pregunta con una sonrisa divertida.

Ugh. No lo soporto.

La razón por la cual lo tolero es porque:

1- Su familia y la mía son prácticamente una sola.

2- Me llevo increíblemente bien con su madre.

3- Su hermano menor es mejor amigo de mi hermana menor.

4- Obligación.

Naraku es muy guapo. Eso siempre lo admitiré, aunque odie hacerlo. Su cabello oscuro y esos ojos negros me observan muy divertidos. Tiene un tono de voz muy varonil y se ejercita. Va en su último año y es muy inteligente, pero es algo vago para algunas asignaturas. Es el chico por el cual más de una gira a mirar cuando pasa y es quien parece siempre tener un radar de mujeres. Es increíble toda la atención femenina que recibe a diario este individuo.

En conclusión: está increíblemente bueno.

—Sabes perfectamente qué hiciste. No te hagas el idiota—gruño molesta. Él suspira como si estuviese cansado de la misma charla—estoy cansada de que siempre hagas lo mismo—él me mira.

—A ver, bonita—murmura suavemente—creo que fui claro cuando te dije que esto era entre tu amiga y yo. No entre tres... Aunque si te nos unes en un trio yo no me opondría jamás y mira que...

Siempre ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora