Prólogo

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De nuevo sus pies descalzos pisaban la fría lozeta del pasillo dirigiéndose a las escaleras como acostumbraba hacerlo a media noche. Su silueta se dibujó por una  luz en las paredes verdes tapizadas, que provenía de una lámpara algo polvienta y vieja.

"Las Almas", se escuchó dentro de su mente agonizante al ver la portada de aquel libro empastado de cuero con amarillentas hojas de seda. Como siempre, antes de iniciar su lectura, acariciaba el húmedo empastado, después lo abría con delicadeza en la página que estaba esperando ser leída y que dejaba como separador un recibo de luz que pronto iría a pagar.

La calmada habitación dio un giro desafortunado, la mujer sintió un escalofriante aire que sólo se podía sentir ahí, la presencia de alguien era ineludible; su cuerpo se torció desacomodando su columna haciendo tirar el empastado al suelo causando un estruendo.

La tranquilidad volvió, donde dio la bienvenida a su razón, que le daba por seguro que todo era un sueño.

Al abrir los ojos a causa del sol, vio a lado de su cama, justo encima del buroe estaba el libro empastado sin ser abierto, todo fue un sueño; el mismo sueño igual que las demás noches desde que pidió el préstamo del libro hace quince días en la biblioteca.

Las Almas Deborah CrabbsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora