08: Pizza hawaiana

8 2 0
                                    

-Bueno Adara, veo que estás medianamente bien acompañada, nosotros nos vamos -dice el director haciendo referencia a él y Rosa- chicos, si necesitan cualquier cosa me avisan, -se dirigen hacía la puerta- Buen día -salen-

-Bueno Adara ¿como estas? -dice Connor poniendo sus manos con delicadeza sobre mi rostro-

-Preparada para participar en un triatlón, ¿y tú? -digo de manera sarcástica, a lo que él y Isaac ríen- Oye, -pongo mi mano sana sobre su rostro y lo giro un poco- ¿Y estas heridas? ¿Qué has hecho? -digo al observar una pequeña herida en su nariz y otra en el pómulo derecho, aunque parece que ha ido a la enfermería, se puede notar que las heridas están tratadas-

-Eh, no es nada -dice este intentando cambiar de tema- ¿Tú quién eres? -levanta la cabeza y mira a Isaac-

-Soy Isaac, un amigo de Adara. -dice este extendiendo una mano-

-Ah encantado, no me habían hablado de ti. -dice mirándome-

-Lo conocí ayer, no tuve ni tiempo de contártelo. -reprocho yo-

Pasamos varios minutos hablando hasta que Isaac y Connor se van, ya que, Isaac tenía que ir a la biblioteca a seguir con su trabajo, y Connor parece que tiene que ir a hablar con el director sobre su castigo, pero me molesta no saber qué ha ocurrido, aunque creo que me puedo hacer una idea.

-Oye -con mi mano sana le doy un manotazo en el rostro a Ethan, a lo que este suelta un gemido de desaprobación, ya que aparentemente se ha vuelto a dormir, genial- tengo hambre.

-Y a mi que me cuentas -contesta este poniendo la almohada sobre la cabeza-

-Técnicamente tú eres quien ha ocasionado esto, así que me tienes que cuidar, inútil.

-Huérfana.

-¿Eres gilipollas o que? "huérfana" no es un insulto.

-Que te jodan.

-Vale, pues llamaré al director, ya ves.

En realidad no tengo ni su número de teléfono pero no pierdo nada por fingir un poco, me estoy muriendo de hambre.

-Bueno, vale -se quita la almohada- que quieres de comer? ¿Un sándwich?¿Unos huevos fritos?-                                                                                                                                                                                                          -Olvídalo, ¿pedimos algo?

-Mhm, ¿el qué? ... ¿unos padres?

-No, ¿qué tal si pedimos un poco de masculinidad? Porque veo que la tuya es muy frágil.

-ríe- Buena esa.

-Gracias.

-Huérfana.

-Hombre con pene de 2 centímetros.

-este se sorprende- Te puedo asegurar que soy de todo menos un hombre con pene pequeño. -masculla este indignado-

-No gracias, preferiría hacerme lesbiana o convertirme en monja.

-Seguro -dice sarcásticamente con orgullo-

-lo ignoro- ¿Pedimos pizza?

-Vale, yo quiero una hawaiana.

-¿Pizza con piña, enserio? Cada vez me resulta más fácil sacar la conclusión de que eres gilipollas.

-Bueno, sí, sí, lo que tú digas ¿pides o que?

Me rompiste y me enamoréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora