03: Masculinidad frágil

23 3 0
                                    

Hoy es viernes, ya han pasado 4 días desde el rodillazo que le pegue al chico popular de la escuela, que por lo que parece ser, se llama Ethan lo sé por qué, durante estos últimos días ha estado haciéndome bromas, como llenar mi taquilla de una mezcla que aparentemente era harina con huevos y vinagre, empapando la gran mayoría de libros con ese mejunje maloliente, o también me tira globos de agua cuando estoy distraída (hasta ahora me tiró solo 2, el miércoles, al salir de clase), y cada vez que me hizo una broma por el estilo, ponía un post it verde con cosas como: "¿Qué, con que ahora ya no eres tan atrevida, huérfana?" (ese concretamente lo puso en uno de los globos que me tiro) o "Perdón por ensuciarte tus preciados libros, espero que tus padres puedan comprarte otros, ah no, perdón, que no tienes" y ambas acompañadas con un "con mucho asco, de Ethan" al final de la nota adhesiva; a parte de eso, también me empujaba de manera "discreta" cuando pasaba por mi lado en los pasillos, o me tiraba los libros al suelo, es decir, las típicas cosas cliché que suele hacer el popular cuando su masculinidad se a visto mínimamente afectada;

Hombres, que delicados que son algunos.

Connor varias veces quiso plantarle algún puñetazo en la cara más de una vez al ver su comportamiento hacia mí, yo solo le tenía que repetir cosas cómo "no merece la pena, ¿recuerdas que tienes que aprovechar el año bien? no lo tires todo por la borda por un niño malcriado"; "pasa de él, no merece la pena ponerse a su nivel" o parecidas. Él anterior nombrado, también intentó persuadirme en más de una ocasión para decirle al director sobre el chico popular de su institución, aunque obviamente, no acepté, se que parezco una cobarde al no reaccionar, pero si le describiese la actual situación al director, lo parecería aún más y aunque me haya metido con el popular desde el primer día de instituto (literalmente), solo estoy esperando, esperando el momento perfecto para vengarme.

[...]

Ahora, estoy de camino a mi primera clase, junto a Connor, conversando, hasta que puedo ver como Ethan y sus otros dos esclavos se acercan hacia nosotros.

Cada vez se está acercando más y más.

Parece que solo va a pasar de nosotros, por primera vez en los putos cuatro días que llevamos con esta guerra.

Cuando de repente, al pasar por mi lado, choca su hombro contra mí "accidentalmente" haciendo que se me cayesen los 3 libros que llevaba en las manos.

Estoy harta, no puedo más, no puedo seguir callada.

Así que, a medida que avanza varios pasos más, decidida a actuar, me acercó furiosa por sus espaldas, le agarro del hombro derecho, al darse cuenta de quien era, solo llega a decir:

-Vaya, -dice con una sonrisa pícara-parece que te has atrevido a hablarme, ¿Qué tal huerfanita? -dice agachándose un poco para llegar a mi estatura, y para luego poner su mano derecha sobre mi cabeza, a lo que la apartó rápidamente furiosa-

-Recógeme los libros -dije cruzando mis brazos sobre mi pecho- Recógelos, ahora.

Todo el mundo, estaba observando esa cruda e inesperada escena, igual que la vez que le pegué el rodillazo en la tripa. El silencio era sepulcral. Nadie sabía de qué manera íbamos a actuar, estaban extremadamente atentos. Pero, ese bonito silencio, duró poco.

Ethan, se acerca a mí, yo me quedo en mi lugar, no retrocedo ni un segundo, estoy preparada para cualquier cosa, hasta para una patada, o cachetada (cosa que le devolvería, obviamente).

-Sabes -me lanzó una mirada de desprecio y superioridad- yo recogeré esos sucios libros cuando tú vuelvas a ver a tus padres, ah no... -hace una breve pausa, acercándose aún más a mí- que están muertos, que pena, lo siento -dice con un ligero tono humorístico-

Me rompiste y me enamoréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora