Walls (Tom Holland y tu)

Sencillo

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Tom entro sin darse cuenta que yo estaba ahí, dejo sus cosas y después se sorprendió cuando me vio.

— ______.

— Tom — lo imite, sé quedo callado unos minutos.

— Veo que encontraste mi lugar secreto.

— Eso parece... — el ambiente estaba incomodo y no sabia exactamente por qué — Creo que debería irme.

— Puedes quedarte — dijo rápidamente.

— ¿Seguro?

— ¿Sabes jugar? — dijo en un intento de alivianar el ambiente.

— Sé como, pero no soy buena — admití.

Poco a poco el ambiente se aliviano y platicamos mas tranquilamente.

— Así que... te vas ¿Mañana? — pregunte.

— Sí, mañana en la mañana — dijo lanzado el balón al aro.

— No sé porque me sigues pasando el balón si no he encestado ninguna — me queje.

— Es fácil mira, pones el brazo así, y solo inclinas la mano cuando lances el balón — me demostró.

— Tu lo haces ver fácil — me queje de nuevo.

— Mira te ayudo.

Me coloco en la posición y después de puso detrás mío tomando el brazo donde tenia el balón, y delicadamente lo movió como si fuera a lanzar el balón.

— Ves, solo tienes que hacer eso, sencillo.

Me soltó pero seguía detrás mío, hice lo que me dijo y enceste, seguía pensando en las manos de Tom sobre mis brazos y la forma tan delicada en la que los toco que ni me emocione cuando él balón paso por el aro.

— Te dije que era sencillo — me dijo dándome la vuelta para verme — ¿Esta todo bien? — me preguntó al ver mi cara sin expresión alguna.

Mi mente estaba valorando que tan buena idea era la que tenia en mente, si valdría la pena, pero como siempre mi cuerpo no le hace caso a mi cerebro. Mire los ojos de Tom, y luego mire sus labios, de un impulso lo bese.

El solto mi mano con la que antes me había girado y lentamente puso ambas manos en mi cintura, por mi parte puse mis manos en su mejilla atrayéndolo más a mí. Pensé que se iba a quitar, pero al contrario él me correspondió.

A mi parecer ninguno quería parar pero por culpa del maldito oxígeno nos separamos. No tenia ni la menor idea si esto era algo bueno o malo, pero tampoco sabia que decir, mi respiración era un poco irregular, pero no por el beso, si no por el nerviosismo.

No tenia el valor de mirarlo, estaba nerviosa de que me haya correspondido por pena o algo así, pero muy en el fondo sentía que él también quería. Aun que había una pequeña posibilidad de que estuviera en lo cierto necesitaba que él me lo dijera. Miraba mis manos como si fueran la cosa más interesante del mundo. Con un movimiento delicado y lento, igual a todos sus movimientos anteriores, como si pudiera romperme levanto mi mente para que lo viera.

— No sabes cuantas ganas tenia de hacer eso — me dijo sonriendo.

— Creo que debería irme ya — dije tímidamente con

— ¿Nos vemos en la fiesta? — me preguntó y yo asentí.

Salí lentamente pero una vez afuera prácticamente corrí a mi habitación. ¿Qué acaba de pasar? Más bien ¿Qué acababa de hacer? Estaba nerviosa, pero ya no tanto, Tom prácticamente me había confirmado que sentía algo por mí. El problema soy yo, pero no es que no me guste Tom, si no todo lo contrario.