Capítulo 17

2.7K 268 419
                                    

Advertencia: relación chicaxchica, cosas raras, palabras altisonantes, un poco de todo.

Muñequita, normalmente, no interactuaba con otras personas a menos que fuera el señor Shin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Muñequita, normalmente, no interactuaba con otras personas a menos que fuera el señor Shin.

Gatita Blanca estaba contra ella, mirándole con sus ojos enormes, y le lamió la mejilla, emitiendo una especie de ronroneo para luego maullar, recostándose cerca de sus piernas.

Pero Muñequita no la miró, sólo observó la pared hasta que la puerta fue abierta bruscamente.

Gatita Blanca, Zorrito Pequeño y Cerdita Bonita se sobresaltaron, corriendo a sus esquinas para no ser castigados, temblando por el miedo, sabiendo que todas esas sorpresivas entradas eran para ponerla a prueba a ella.

Pero Muñequita había entendido hace mucho que no podía actuar de esa forma porque ella era especial: era una muñequita de porcelana, y los muñequitos de porcelana permanecían quietos, sin reaccionar, sin moverse.

-¡Tengo buenas noticias! -dijo el señor Shin con expresión exultante, acercándose a ella, y la tomó por las axilas.

Como peso muerto, Muñequita se dejó manejar.

-Tu dueño ha decidido que ya quiere comprarte -dijo el señor Shin, sin dejar de sonreír antes de recibir un beso en los labios.

Pero muñequita permaneció sin hacer gesto alguno.

Señor Shin se sentó sobre su cama, ignorando a los otros juguetes, y la sentó en su regazo, acariciándole el cabello.

-Tienes que portarte muy bien -le dijo el hombre, meciéndola como si fuera un bebé-, puede que tu dueño no sea tan bueno como nosotros, Muñequita, así que tienes que ser mejor de lo que ya eres, ¿podrás serlo?

No respondió, porque Muñequita no hablaba.

El señor Shin sonrió.

-Nada de ruidos, Muñequita -recordó Shin-, nada de oídos. Tú eres la Muñequita perfecta, porque no te hemos mutilado, no como a los otros chicos. Eres hermosa, y sería una pena que tuviéramos que cortarte las cuerdas vocales, por ejemplo, si fueras una mala Muñequita, ¿está claro?

Mantuvo su expresión neutra.

-Vamos a ponerte muy bonita ahora, Muñequita -dijo el señor Shin poniéndose de pie, llevándola en sus brazos-, más tarde vendrán a buscarte.

Salieron al pasillo, aunque Muñequita no lo conocía porque estaba siempre sentada, y no pudo evitar abrir sus ojos ampliamente por el miedo cuando observó a uno de los ayudantes del señor Shin arrastrando a Perrito, cubierto de líquido carmesí, un rastro de sangre pintando el suelo.

Una mirada vacía en sus ojos, su pecho sin moverse.

-Este bastardo le ha mordido la polla a Lee -se burló el desconocido, haciendo una mueca de asco al ver toda la sangre.

Muñequito de porcelana •||2yeon||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora