Capítulo 23

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Advertencias: relación chicaxchica, cosas raras, palabras altisonantes, un poco de todo.

Ahora bien, este capítulo incluye claro abuso sexual y violación hacia un menor de edad. La narración no está hecha de forma positiva (aclarar para las políticas de Wattpad) ni se romantiza la situación.

 La narración no está hecha de forma positiva (aclarar para las políticas de Wattpad) ni se romantiza la situación

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Nayeon llevaba un mes en su hogar cuando la llevaron con Jihyo.

A la niña no le gustaba mucho salir afuera, prefería quedarse dentro de la gran casa y jugar sola, ver televisión o simplemente colorear sus libros de dibujos. Además, cada tarde, le iba a ver una profesora de educación primaria particular junto a una psicopedagoga que le enseñaba a leer, escribir, sumar y restar, que hacían pocas preguntas pero le eran de gran ayuda para enseñarle lo que tuvo que aprender años atrás.

Sin embargo, sus padres sabían que iba siendo momento de que Nayeon comenzara a salir de a poco; si bien querían cuidarla, no deseaban tampoco tenerla encerrada todo el tiempo, porque a fin de cuentas, eso no sería tener una vida normal, que era lo que tanto deseaban para su hija.

Al inicio estuvo reacia a salir con ellos, escondiéndose en los armarios o bajo las camas para que no la sacaran de casa, pero ambos fueron pacientes, diciéndole que irían en el auto, que estaría con ellos en todo momento, que no la iban a dejar sola.

Eso era lo más importante: no la dejarían sin compañía alguna en ningún momento.

Luego de varios días, lograron convencerla de acompañarla al exterior: prácticamente corrió hacia el interior del auto, haciendo que su mamá se sentara a su lado, y se abrazó a ella, enterrando su rostro contra su costado, negándose a soltarla. Fue así también cuando caminaron hacia la oficina de Jihyo, apenas despegándose de la mujer, y cuando la psicóloga apareció, se ocultó detrás de ella en todo momento.

-Hola -se presentó Jihyo en lenguaje de señas, sonriéndole a la niña con suavidad-, me llamo Jihyo y soy una doctora.

Nayeon no se asomó, sus manos aferrándose al suéter de su mamá.

Pero todos fueron pacientes allí, dejando que la chica se tomara su tiempo.

-¿Te gustan los caramelos? -preguntó Jihyo-. Tu papá me ha dicho que te encantan. Tengo una paletita para ti -agregó Jihyo, sentándose en un puff y sacando el dulce-. ¿Lo quieres?

Entonces, Nayeon asomó su cabeza, sus ojos nerviosos moviéndose por el rostro de Jihyo hasta detenerse en el caramelo. Mordió su labio inferior, soltando su agarre de Seulgi pero sin alejarse. La mujer dio un paso en dirección a la psicóloga, lo que impulsó a Nayeon a seguirla, y se sentó en las piernas de la mujer cuando recibió la paleta, su cuerpo en tensión, su mirada negándose a posarse en Jihyo.

Pero ya era un gran avance. Ya era un enorme paso.

-¿Cómo te llamas? -preguntó Jihyo pausadamente.

Muñequito de porcelana •||2yeon||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora