Capítulo 15

1.6K 249 17
                                    

14 DE DICIEMBRE

Valentina estaba agotada. Ella se había quedado despierta toda la noche terminando de preparar. A diferencia de Juliana, que había tomado una siesta rápida antes de ir al mercado para instalarse. –No puedo creer que lo hayamos logrado–, dijo Valentina con una sonrisa. Había pasado todo el día montando el puesto para que se viera perfecto. Tantas decoraciones navideñas y un pequeño vistazo a todos sus productos, incluido un mini árbol que había sido idea de Juliana para lucir sus adornos. Ahora, el mercado estaba comenzando a ponerse en marcha. Juliana había llegado con Mia unos minutos antes.

–Este lugar es tan genial–. Dijo Juliana. Llevaba de nuevo uno de sus suéteres navideños. Su pesado abrigo se apretaba contra ella, y una bufanda navideña y un gorro remataban el look. –¿Y hacen esto todos los años?– ella preguntó.

–Sí. Los doce días previos a la Navidad y la Navidad. Siempre es genial cuando el primer día cae en un fin de semana porque vemos mucho más tráfico, pero está bien cuando no es así –. Juliana bostezó. Un recordatorio de su tarde, está bien, de toda su noche de trabajo. Juliana se había visto obligada a ir directamente a la escuela esa mañana, mientras que Valentina se había escondido una muy necesaria siesta antes de que se abrieran las inscripciones en el mercado. Estaba exhausta, así que no tenía idea de cómo se sentía Juliana después de haber pasado todo el día con un montón de alborotadores niños de diez años, listos para las vacaciones.

–Gracias–, susurró. –Lamento no haber tenido la oportunidad de decirlo ayer con lo estresada que estaba. Y gracias a todos tus amigos también. No tenía idea de que la gente haría algo así por mí. Especialmente gente que apenas conozco.

–Son un buen grupo–, le dijo Juliana. –Y harán cualquier cosa por comida gratis.

–Déjame pagarte la comida–, rogó Valentina.

–Está bien Valentina. Solo quiero verte triunfar. No es gran cosa.

– Pero nos has estado alimentando a Mia y a mí durante casi dos semanas. Sólo deja que ayude.

–No quiero tu dinero–, le dijo Juliana.

Valentina suspiró. –Lo sé.

–Vamos, Mia. Vayamos a ver el mercado y dejemos que tu mamá trabaje –, sugirió Juliana. Valentina las vio irse juntas, una cabeza morena y otra rubia. Eran una linda pareja, desde atrás se parecían un poco a María y Mia caminando juntas.

–Estos son hermosos–, dijo alguien cercano. Valentina miró hacia arriba para ver a una mujer mirando los pendientes de Navidad.

–Gracias. Todo está hecho a mano por mi.

–Oh, creo que tomaré un par de cada uno. Y uno de esos maravillosos marcadores. De hecho ... hagamos una docena. Serán geniales en los regalos –. Valentina sonrió.

–Solo dame dos segundos. ¿Quieres una bolsa con eso?

–Oh si.– La mujer asintió.

Para cuando la mujer se fue, con su bolso en la mano, Valentina había perdido el rastro de Mia y Juliana. Mantuvo los ojos bien abiertos, pero el negocio iba bien y necesitaba concentrarse. Mia estaría bien con Juliana. Demonios, le había estado confiando a Juliana durante meses sin saberlo, así que, ¿qué era otra noche en el mundo?

Rescatando la NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora