Capítulo 2

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1 DE DICIEMBRE

– ¡Mia espera!– Juliana la llamaba de su grupo de amigos mientras sonaba la campana del recreo. Se había estado cuestionando todo el día sobre si el plan era una buena idea, pero mirando el rostro esperanzado de Mia mientras se volvía hacia su maestra, Juliana estaba más segura de lo que había estado antes de llamar a Mia. Si su plan podía ayudar a Mia a tener la Navidad que se merecía, valió la pena.

–Quería hablarte de tu mamá Valentina.

–¿Que hay de ella?– Preguntó Mia, mirando hacia la puerta donde sus amigos ya habían salido a jugar.

–Bien, La conocí hace años, ¿te contó eso?

Mia asintió. –Ella dijo que fueron a la escuela juntas.

Era cierto, pensó Juliana. Aunque lejos de toda la verdad. Por otra parte, Mia tenía diez años y no necesitaba saber toda la verdad.

–Si bien. No sé si a tu mamá le gustará que te cuente esto, pero creo que deberías saber ... a ella le encantaba esta época del año –. Una mirada de sorpresa se extendió por el rostro de Mia.

–De ninguna manera. Ella siempre me dice que la Navidad es solo una fiesta comercial, y que los regalos son solo la forma en que el capitalismo nos hace gastar más dinero en cosas inútiles, cosas que no necesitamos –. Juliana sonrió ante la explicación repetida.

–Tu mamá me dijo una vez que la Navidad es la época más mágica del año porque todo es posible. Y ella tenía razón.

–¿Estamos hablando de la misma mujer?– Preguntó Mia.

–Exactamente–, le dijo Juliana. Esto era ridículo. Claramente, este plan era una idea terrible si un niño de diez años estaba tan emocionado. Juliana siguió adelante. –Tu

mamá ha perdido su espíritu navideño. ¿Qué piensas de ayudarme a recordarle lo especial que es la Navidad?

Mia sonrió. –¡Si! Amaría eso. ¿Cómo lo hacemos?

Juliana sonrió. Mia era 100% hija de Valentina. Ahora que lo sabía, no pudo evitar notar los pequeños gestos que eran como Valentina. La forma en que fruncía la nariz cada vez que pensaba mucho. Y el brillo que iluminaba sus ojos cuando algo la emocionaba.

–Bueno, necesito saber qué tan mal están las cosas con ella antes de poder idear un plan. ¿Qué implica tu Navidad habitual con mamá?

Vio como la nariz de Mia se arrugó por un momento. –Necesita mucha ayuda. Ni siquiera compró un árbol el año pasado. Dijo que todo era comercial ... um ... bueno, usó una mala palabra, pero me meteré en problemas.

–Está bien, bueno, tenemos que empezar por ahí. Un árbol es el centro de las celebraciones navideñas. ¿Hay algún momento en el que tu mamá suele estar fuera de la casa al que podamos ir y preparar un árbol para sorprenderla?

Juliana estaba comenzando a darse cuenta de que sonaba como una persona loca y esto definitivamente cruzó la línea de maestra / responsabilidades y debería ser despedida. Pero no podía evitarlo. La Valentina que había conocido el día anterior estaba tan lejos de la Valentina que había conocido de adolescente, apenas eran la misma persona. Bien podría haber estado mirando a la aburrida hermana gemela de Valentina.

–Siempre lleva los pedidos a la oficina de correos a las cuatro y media si voy a casa de mamá M. Pero no ha pasado mucho tiempo. Podría intentar llamarla y preguntarle si puede conseguirme algo en el supermercado. ¿Quizás eso la mantendría fuera por más tiempo?

–Sí Haz eso. ¿Vas a ir a casa de mamá hoy?

–¡Sí!– Eso no le daba a Juliana mucho tiempo para armar las cosas. Ciertamente, no había tiempo para conseguir un árbol real. De hecho, no había tiempo para comprar un árbol nuevo, a menos que se metiera a la tienda por departamentos al otro lado de la calle durante el almuerzo.

Rescatando la NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora