CAPITULO 8

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Ha pasado una semana desde que no he ido a ver a Soojin. No me atrevo a mirarla a la cara después de todo lo que le hice. Quiero disculparme, y espero que me perdone.

- ¿Que he hecho? – Lloré nuevamente.

Mi celular comenzó a sonar, y sequé mis lágrimas para contestar.

- ¿Si? – Contesté.

- Shuhua. – Era Yuqi. – ¿Estás bien? No hemos hablado en más de una semana. Te extraño. – Su voz sonaba sincera.

- Estoy bien, solo...– Rompí en llanto nuevamente.

- ¡¿Shuhua? ¡Voy para allá! – Colgó.

¡Genial! No sirvo de nada, solo logro traerle problemas a las personas que amo.

Después de unos minutos, tocaron el timbre. Me levanté y abrí la puerta. Ahí estaba toda despeinada y sudorienta, como si hubiese corrido una maratón.

- ¡Shuhua! – Me abrazó. – ¿Quién te ha hecho daño? – Me preguntó.

- Yuqi yo...Yo te desobedecí y-y no pude evitar que me gustara. – Decía mientras lloraba. – V-vino a mi casa y-y pasaron cosas y yo--

- ¿Te acostaste con ella? – Preguntó. Yo asentí y lloré aún más. – Tranquila, no hay problema.

- ¡Si lo hay! La lastimé, yo le dije que no éramos nada. Me dejé llevar por los celos y-y ella...Ella no me quiere ver. – Dije por fin.

- Ya veo...No te preocupes. Estoy aquí para ti, Shuhua. – Me abrazó.

- Quiero que te quedes conmigo, Yuqi. – Le supliqué. Ella me miró con tristeza.

- Lo lamento...No puedo. – Me abrazó. – Pero en la mañana vendré temprano, ¿Sí? – Asentí. – Bien. No pongas esa cara. Alégrate. Mañana saldremos ¿Okey? No acepto un no por respuesta. – Me dio un beso en la mejilla y se fue, sin dejarme reprochar.

Mi celular vibró y lo tomé.

- Hola. Soy Tzuyu. Me he conseguido tu número con Soyeon. – Soyeon siempre está pasando mi número.

Hola, Tzuyu. ¿Cómo estás? -

- ¿Bien y tú? - Es como un deja vú.

Bien. -

Luego de charlar unos minutos, me llamó.

- ¿Shuhua? – Preguntó del otro lado del celular.

- Aquí estoy. – Mi voz aún sonaba rota.

- ¿Te sientes bien? – No podía contener mis ganas de llorar.

- S-si...

- ¿Es por Soojin? – Eso me hizo llorar amargamente. – ¿Shuhua estás bien? – Pero yo no podía contestar. – ¿Quieres que te vaya a ver? – No quiero molestar otra vez a alguien.

- No te preocupes, estoy bien. – Respondí.

- Te iré a ver, Shuhua. Mándame tu dirección. – No pude negarme ésta vez. Sería bueno que tuviera compañía.

Cortamos y le mandé mi dirección por mensaje. Se tardó media hora, aproximadamente, en llegar.

- Shuhua...– Me abrazó. Un abrazo tierno pero capaz de desahogarme.

Estuvimos unos minutos así, y decidimos ver una película. Elegimos una graciosa, para distraerme. Nos reímos varias veces en la película y bromeamos al respecto. Definitivamente Tzuyu es una buena compañía.

- ¿Sabes que me quedaré, ¿verdad? – Sonrió, y yo hice lo mismo. No quería quedarme sola. Es increíble la rápida confianza que hemos agarrado.

Así pasó otra semana...Soojin aún habitaba en mis pensamientos. Tendría que ir a disculparme, tarde o temprano. Tzuyu se ha quedado en mi casa todos los días, a pedido mío, ya hasta anda en ropa interior por la casa. No me molesta, ni me incomóda.

Tocaron el timbre y fui a abrir. Estaba riendo por una broma que dijo Tzuyu desde el sillón. Ella estaba aún en ropa interior.

- Hola...– Me paré en seco al verla frente a mí. Seguramente estoy pálida, porque siento que me desmayaré.

- Soojin...–Mis ojos comenzaban a arder. No quería que me viera así.

- ¿Estás con alguien? – Se asomó un poco al escuchar una risa que venía del sofá.

- Sí. – Me rasqué la nuca. – ¿N-necesitas algo?

- Quiero pedirte disculpas. ¿Puedo pasar? – No esperó a que respondiera y fue directamente al sofá. Allí se quedó de pie al observar a Tzuyu media desnuda.

- Tzuyu, ve a vestirte. – Le dije. Ella automáticamente se volteó y miró a Soojin con el ceño fruncido, ya lo sabía todo.

- Me quedaré en tu habitación. No quiero vestirme. Las dejaré a solas. – Dijo y se retiró.

Unos incómodos minutos de silencio pasaron. Soojin no se movía de su sitio, y no me miraba.

- ¿Soojin? – Me acerqué un poco a ella. – Quería pedirte perd--

- ¡¿Es enserio, Shuhua? ¡¿Tan poco te he importado como para que te andes revolcando con una cualquiera? – Fruncí el ceño.

- No hables así de ella. – Le reclamé.

- ¿Sabes? Mejor me voy. No tengo nada que hacer aquí. – Se marchó sin más. Cuando reaccioné, ya se había ido. Intenté buscarla por los pasillos, pero no la encontré. No puedo hacer nada bien.

- Shuhua...–Se acercó Tzuyu. – Déjala ir. No es para ti. – Me abrazó. No es que no quería, es que no puedo dejarla ir. La amo.

Nuevamente volví a llorar. Por Soojin, y por mí. Por nosotras. Por lo que no existió y yo destruí.

Decidí que buscaría a Soojin, porque la amo. Lucharé por ella.

Después de dos días en que estuve ideando como acercarme, me levanté y le dije a Tzuyu que iría a la cafetería. Al principio se negó, pero luego me dejó ir. Según ella no era nadie para evitarlo.

Llegué a la cafetería, pero ésta vez golpeé la puerta de atrás. Había comprado rosas y un chocolate, puede que sea lo más cliché, pero sigue siendo romántico.

Abrieron la puerta y pude ver a quién menos quería. Ahí estaba ese maldito, llamado Hui.

- ¿Buscas a Soojin? – Dijo mientras sonreía.

- Sí. ¿Puedes llamarla, por favor? – Actué lo más normal que pude. Él asintió y entró a buscarla.

No entiendo que hace él aquí. ¿Será un socio o algo?

- Dice Soojin que te vayas. – Nuevamente habló Hui.

- Por favor, entrégale esto de mi parte. – Le pedí.

- Bien. Te aconsejo que la dejes en paz. – Dijo tomando las cosas. – La lastimas. – No pude evitar derramar lágrimas. – No llores. Te ves muy débil y ridícula. – Cerró la puerta y me dejó ahí. De seguro ni siquiera le entregará las cosas.

Me fui resignada. ¿Debí ser más insistente? Lo intentaré mañana nuevamente. Sé que Soojin lo entenderá y hablará conmigo. Ella me quiere.

Llegué a casa y le conté a Tzuyu todo lo que pasaba. Al parecer ella sabía algo que yo no, porque se ha puesto muy nerviosa. ¿Que es lo que está pasando?...

La Sexy Mesera.-Sooshu.-[ ADAPTACIÓN] [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora