La Sexy Mesera.-Sooshu.-[ ADAPTACIÓN] [G!P]

CAPITULO 12

Después de escuchar a Soojin, me dió un vuelco al corazón.

- Soojin, ¿Estás segura?.– Pregunté. Todo el daño que había causado lo ha compensado con unas pocas palabras.

- Completamente segura, Shuhua.– Respondió.

- Bien.– Su sonrisa irradió todo el lugar. Es tan hermosa...Nunca pude encontrar en Minnie, lo que Soojin tenía. No era porque Minnie no era suficiente, porque era más que eso, es porque Soojin es de la que me he enamorado.

Se acercó lentamente, como viendo si yo me alejaría, pero al contrario, me acerqué un poco más. Sentí porfin sus labios sobre los míos, no podía contener las lágrimas. Esperé mucho tiempo para besarla. Sus dedos limpiaron mis rebeldes lágrimas, y después cruzó sus brazos alrededor de mi cuello. Mis manos se deslizaron a su cintura y profundizamos el beso. Es indescriptible el sentimiento que tengo en éste momento.

- Shuhua, se me olv-- ¡Oh!. ¡Perdón!.– Entró Minnie. Luego se reía a carcajadas junto con Miyeon.

- M-Minnie...– Dije mientras me separaba de Soojin. Soojin tomó mi mano y se acercó a ella. Minnie se quedó mirándola, y la Miyeon se ganó aún más a su lado, creando una protección.

- Minnie. Soy Seo Soojin. Un gusto. – Ofreció su mano. Para nuestra sorpresa, Minnie sonrió y la estrechó.

- Soy Kim Minnie. El gusto es mío.

- Quiero pedirte perdón por los inconvenientes que te he causado. He malinterpretado la situación y te he golpeado sin razón alguna.– Se disculpó.

- No te preocupes, con todo lo que me dijiste mientras me golpeabas me ha quedado claro.– Rió. Soojin sonrió apenada.

- ¿Lo que dijo?.– Pregunté confusa.

- Decía algo cómo "No te mereces a Shuhua" y "Debes respetarla y amarla". ¡Ah! También "Ella no merece ser dañada otra vez". Y otras cosas más. Fue realmente brutal.– Rió, y Miyeon también se ha reído. Miré a Soojin quién estaba un poco sonrojada.– Sólo he venido por mi celular.– Dijo Minnie. Lo tomó y se despidió.– Adiós. Mañana vendré por mis cosas.– Me dió un beso en la mejilla y luego a Soojin. Miyeon hizo lo mismo, para mi sorpresa, y se retiraron.

- Eso ha estado raro.– Reí. Soojin asintió y me miró.

- Shuhua, te amo.– Sonrió.

- Yo te amo también, Soojin.– La besé.

Nos abrazamos y nos fuimos a acostar. No haríamos el amor, porque fue un día muy agotador para ambas, así que nos dormimos, abrazadas. Después de tanto tiempo, he dormido sin llorar. Me siento feliz, porque he recuperado a Soojin, a mi amor, a mi razón de vivir, a mi sexy mesera.

Ahora que lo pienso, ¿Soojin estaría dispuesta a dejar su trabajo por mí?. Lo dejaré para mañana y veremos, quizás y solo fue el impulso del momento y no se querrá ir conmigo. O a lo mejor, realmente me acompañará.

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Al siguiente día desperté gracias a la luz del sol que reflejaba en mi cara.

- ¿Que cara--

- Buenos días, hermosa.– Se abalanzó Soojin sobre mí y me llenó de besitos por todo el rostro. Sonreí como hace mucho tiempo no lo hacía.

- Buenos días.– Besé sus labios delicadamente.

- ¿Cómo ha despertado, la novia más perfecta del mundo?.– Preguntó. Somos novias. Sonreí ante ese hecho.

- No me mires así.

- ¿Así cómo?.– Sonreí.

- ¡Así!.– Apuntó mi rostro.– Me enamoras aún más.– Admitió.– Si es que es eso posible.–Rió.

- Entonces lo haré más.– Reí.– Aunque es mi cara de "Estoy completamente enamorada de Seo Soojin", así que es imposible no dejar de hacerla.– La besé nuevamente.

- Amo tus besos.– Dijo con una mirada llena de amor.

- Yo te amo a tí.– Sonreí.– Vamos, hay un vuelo a Taiwan que nos espera.

- Shuhua...– Su rostro cambió. Lo sabía, no se quiere ir conmigo. ¿Se arrepintió?. ¿Jugó nuevamente conmigo?. No me ama.– Necesito que me ayudes a buscar mi maleta. Llamé para que la prepararan, pero por algunos motivos no pueden traerlas.– Ha sido todo lo contrario a lo que he imaginado.– ¿Hay algún problema?.– Me miró con preocupación.

- Ninguno.– Sonreí aliviada.

Luego de ir a buscar sus maletas, nos hemos ido al aeropuerto. Estabamos listas para coger el vuelo. Una voz incesante llamaba a Soojin, nos dimos vuelta para ver quién era.

- ¡Soojin!. ¡No te vayas!. Ven.– Le dijo Hui.– Yo te amo.

- Vete de aquí, estúpido.– Tomó mi mano y nos subimos al avión. Nos sentamos y nos pusimos el cinturón de seguridad.

- Eso fue cruel, hasta para mí.– Reí.

- Se lo merece.– Rodó los ojos.– Por él, te perdí. También fue mi culpa per--

- Ya olvídalo, JenJen.– La besé.– Tenemos una nueva vida ahora.

Nos sonreímos, y comenzó a despegar el avión.