Cap. 10

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Llegamos al hotel y Agust se dirige hacia la recepción donde habían reservado una habitación para los dos. Después de que la recepcionista le indicara en la habitación que nos tocaba él se acerca hacia mi y me dice que venga.

Subimos en el ascensor y el marcó el tercer piso. La situación entre ambos se puso incómoda desde que nos bajamos del avión, ninguno de los dos nos dirigíamos la mirada y solo hablamos si era necesario, como total desconocidos.

Se abrieron las puertas del ascenso y sentí alivio, no me gustaba esto, él salió primero y yo después. Nos detuvimos en la puerta número 1478 y él sacó la tarjeta para abrirla y entramos.

Deje el bolso sobre la cama y me senté, mientras que él se sacaba la chaqueta de cuero que llevaba puesta dejando mostrar sus brazos, al darse cuenta que lo estaba mirando me ve y yo de inmediato desvió mi vista hacia otra parte de la habitación.

Pasaron unos 15 minutos desde que llegamos y tocan la puerta, él se acerca a ver quién era y al darse cuenta de quien se trataba abre la puerta y deja entrar a tres tipos que al parecer lo conocían porque los había saludado muy amigablemente.

– Cómo has estado? No te veo hace meses – saluda uno de ellos al rubio y lo abraza a lo que él corresponde el abrazo.

– Tengo que venir a visitarte más seguido.

– Siempre nos terminamos viendo por trabajo.

– Si bueno... como están ustedes? – pregunta esta vez a los dos que estaban detrás del petizo.

– Bien – responden los dos a la vez.

– Bueno pasen – y comienzan a entrar de a uno.

– Oh no sabía que venías con alguien – lo dice cuándo me ve. – Hola soy Taeyong

– Soy Jimin – me presente y los salude a los tres – un gusto.

– Es el franco – dice ahora el rubio.

– Eres el franco? – se quedó sorprendido.

– Si por...?

– No aparentas.

– A qué te refieres? – no me agrado su comentario.

– Ah nada, trae los bolsos – le indica a uno de sus acompañantes y esquiva mi pregunta. – Bien aquí tienen para los dos – abre el bolso dejando ver el rifle dentro, junto a municiones, un par de cuchillo, lente con visión nocturna, dos chalecos y más municiones – creo que les servirá.

– Bien.

– Ya nos vamos, los pasaré a buscar a las 21hs, prepárence – asentí mientras miraba el contenido del bolso y se fueron.

– Ahora qué? – le pregunté una vez que volvió.

– Tienes hambre?

Lo tenía, desde el día de ayer que no como nada, tampoco he desayunado así que le respondí con un sí y bajamos al lobby para irnos a la parte de la cafetería que había y nos sentamos a desayunar.

(...)

Eran las 7pm y entré a bañarme ya, se qué es inútil porque igual me ensuciaré pero obtuve la costumbre de antes de ir a trabajar, bañarme. Estaba solo, el rubio había salido pero no me dijo a dónde así que mientras él no esta me ocupo de mi mismo.

Entré a la ducha y abrí el grifo dando paso al agua fría caer sobre mi cuerpo caliente, al principio me queje un poco por el agua fría pero pasando los minutos ya lo sentía agradable.

Forever we are young

narineun kkoccip bi sairo

hemaeeo dalline i miro

Forever we are young

neomeojyeo dachigo apado

kkeuteopsi dalline kkumeul hyanghae

Forever ever ever ever...

Cantaba mientras me duchaba y al salir me encuentro al rubio mirando por la ventana, no lo había oído cuando llegó pero no le di mucha importancia. Habia salido del baño con un pantalón no muy ajustable pero con varios bolsillos color negro y él se gira a verme, aunque no lo vea directamente a los ojos lo podía sentir.

– Por siempre jóvenes? – me pregunta haciéndome sacar de mis pensamientos.

– Eh? Oh si, por qué no? – el niega con la cabeza y me mira otra vez mientras comienzo a ponerme una remera que había sacado del bolso que traje color negra también – Qué ocurre? Tengo algo? – me comencé a mirar, quizás tenía manchada la remera y no me había dado cuenta porque quedó mirándome con una expresión un su boca en forma de "o" pequeña.

– E-Eh? No nada... – salió de la ventana y buscó ropa en su mochila y se encerró en el baño. En todo este trance yo lo seguía con la vista.

– Bueno...

Ya son las 8:20pm y tengo 40 minutos para preparame, también él. Busco el bolso que me habían dado antes y saco el cinturón y me lo pongo por la pierna, en él coloco los dos cuchillos, las municiones dentro de mis bolsillos y algunas en el otro cinturón que puse en mi cadera. Me saque la remera para ponerme el dispositivo para poder comunicarme con el rubio, encima el chaleco y de nuevo mi remera, luego unas botas negras con punta de acero y ya estaba listo, ahora me tocaba recargar la 9mm y la puse en mi cintura, hice lo mismo con la otra y ya estaba, al rifle lo iva a armar cuando llegara.

– Acaso no te vas a alistar? – pregunté al ver que no hacia nada.

– Hay tiempo todavía.

Llevaba puesto como siempre un jean negro, junto a su calzado y remera del mismo color. Tenía que ponerse el dispositivo de audio por lo que se tuvo que quitar la remera y si antes me sorprendí por sus blancos brazos ahora al ver su abdomen y espalda juntos era magnífico, en sentido por su piel, no me malinterpreten...

– Cómo se supone que se pone esto...? – preguntó.

– A ver, déjame ayudarte – me acerqué a él y tomé del cable – ponte esto – se puso los auriculares y yo agarre la pequeña cinta que había usado y comencé a pegar el cable en su espalda para que no se moviera.

Su piel era tan blanca como porcelana y muy suave que quería seguir tocando...

Pero que digo!! Tengo novia por favor. Traté de quitar estos pensamientos de mi mente y terminé de colocarlo, él me agradeció y se la volvió a poner. Al cabo de unos minutos ya estábamos listos los dos y sólo quedaba esperar por Taeyong.


Infiltrado || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora