🦋 Extra 3 🦋

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Jueves.

— Es patético, lo sé.

— ¡Claro que no! Me parece adorable que hayas dormido con un peluche hasta los 9 años. —Doyoung dió una genuina respuesta para después tomar un sorbo de su café. Tomó una galleta de vainilla del plato que se encontraba frente a el—. A todo esto, ¿cómo era el peluche? ¿Era un osito?

— No, era un canguro. —Sungchan no sabe como habían empezado hablando de un programa de televisión y habían terminado hablando de los juguetes que tenían de pequeños. Claro que no podía dejar pasar el pequeño peluche con el que durmió durante años—. Era un peluche de Rito. Ya sabes, el que sale con Winnie Pooh.

— No tengo ni idea de cuál es Rito. Lo siento.

— Oh está bien, hyung. No es importante supongo. —el menor se encogió de hombros mientras limpiaba algunas tazas. De alguna manera se decepcionó un poco al pensar que su mayor no conocía aquel adorable personaje.

— ¿Y todavía lo conservas? —con esa pregunta Doyoung intento deshacerse del repentino silencio que había envuelto su conversión.

— De hecho, hace casi un año mi madre... —el tono de voz nostálgico de Sungchan fue interrumpido por la tonada típica de una llamada entrante.

Doyoung se disculpó junto antes de responder. Murmuraba algunas cosas hacia su teléfono que eran inentendibles para Sungchan. Aunque tampoco le estaba prestando mucha atención, porque su mente se encontraba recordando aquel día en el que tristemente perdió al pequeño peluche.

— Ya llegaron por mi. Seguiremos con la conversación mañana. —el menor salió de su ensoñación al escuchar al otro despidiéndose, regresando su mirada justo a tiempo para ver como dejaba algo de dinero sobre la mesa con una sonrisa y se iba agitando su mano—. ¡Adiós Sungchannie!

Para cuando quiso responder el mayor ya estaba muy lejos, así que simplemente agitó su mano en regreso.

Usualmente estaba triste en el momento en el que Doyoung se iba, pero justo ahora su mente solo podía pensar en cómo le había llamado mientras se despedía.

Hace mucho no le llamaban Sungchannie.


Momento de cerrar. Momento de limpiar las mesas. Y como llevaba sucediendo desde el lunes, momento de leer la linda nota que siempre dejaba su amigo.
¿Debería llamarlo amigo?
¿Como sabe que es un el?

¿Será alguien que ya conoce?
Considerando la última nota, al parecer si.

Se acercó primero hacía la mesa que claro, estaba cubierta de migajas de galletas de queso. Pero esta vez había algo diferente. Esta vez no tenía el dibujo de una pequeña nutria, eso parecía ¿un conejo con una extraña cola?

¿Te gusta Winnie Pooh?
A mí me encanta desde pequeño.
Pero mi personaje favorito siempre ha sido Rito. ♡

Oh, era un pequeño dibujo de Rito. Eso es aún más adorable.
En su mente las galletas de queso y Rito solo tenían relación con una sola persona.
Pero no, eso sería imposible.

Además, lo habría reconocido al verlo en la cafetería.
¿O tal vez no? Siendo honesto casi no recordaba su rostro, aparte que seguramente estaría muy cambiado. Ya no queda recuerdo alguno de su voz, tampoco. Lo único que todavía seguía en su mente era su nombre.

Pero no, es ridículo. Solo era otra persona que tenía los mismos gustos, como muchos más en todo el mundo.
¿Galletas de queso y Rito? Es imposible.

🦋

Viernes.

El viernes la cafetería estuvo llena desde que abrieron por la mañana, tal vez porque ya el frío era arrasador y la mejor manera de combatirlo cuando no te encontrabas en casa era con una bebida caliente. No había ninguna mesa disponible y casi no se podía caminar a través de todas las personas esperando por escuchar su nombre y recibir su café.

𝑷𝒍𝒂𝒚𝒕𝒊𝒎𝒆;; 𝑵𝑪𝑻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora