𝔻𝕚𝕒𝕞𝕒𝕟𝕥𝕖

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—¿Vendrás a la boda?

Al escuchar esa pregunta la mirada del más joven cambió a una más triste, sabía que no sería capaz de mirar a Jeno junto a su novia, o mejor dicho su esposa, así que después de pensarlo algunos segundos por fin respondió.

—No, no podré ir, estaré ocupado trabajando o algo así.

Ambos escucharon las voces de los padres de Jaemin y un pocos asustados comenzaron a limpiar rápidamente el cuarto ocultando aquellas hojas rotas debajo de la paja.

—Nana cariño, ¡ven!—Le llamó una voz femenil desde la otra habitación.

—¡Y-ya voy mamá!— gritó mientras arreglaba sus cabellos. —Vamos Jeno

—Jaemin, te estoy hablando— Dijo la madre asomándose a la habitación y encontrándose con ambos chicos. —¿Por qué no me avistaste que traerías a tu amigo a comer?

—N-no señora así está bien de todas maneras ya me iba. —Dijo haciéndole una pequeña reverencia.

—Vamos quédate a comer, no puedo dejar que te vayas a casa con el estómago vacío, además traje sandía.— la madre se fue al comedor dejando a ambos chicos solos.

—¿Te llamas Nana?—preguntó Jeno

—No, es sólo un nombre de cariño, me lo dicen las personas que me quieren mucho.

—¡Chicos ya a comer!

—Vamos mamá realmente se pondrá triste si no comes. —mencionó para después ir hasta la pequeña cocina y sentarse junto a sus padres.

—La vecina me regaló un poco de caldo de pollo, ya sabes que siempre ha sido muy caritativa. —Mencionó la madre.

Jeno miró aquel caldo de pollo que casi no contenía nada de carne de lo que él estaba acostumbrado a comer, lo que tenía su plato mayormente eran puros vegetales remojados en agua. Aún así se dispuso a probarlo degustando su sabor, pero realmente sentía que le faltaba un poco más de pollo.

—¡Dios mío! la vecina le ha echado carne.—Mencionó el padre asombrado al sentir un trozo de pollo en su boca.

—Hace tanto tiempo que no lo probaba, casi olvidaba su sabor.—mencionó la madre.

—¿Te ha tocado pollo Jeno?— le preguntó un poco curioso Jaemin.

—Creo que no, realmente no me llega el sabor.

—¿pero qué dices?— Dijo Jaemin al notar que efectivamente Jeno si tenia pedacitos de carne en su plato. —Ahí los tienes.

—¿Cuándo fue la última vez que comimos con pollo real eh?—Preguntó el papá

—Creo que fue hace tiempo padre, no lo recuerdo.

—¿ Y tú muchacho? ¿Hace cuánto que no comías pollo?

—Hace mucho, creo que lo he olvidado también.— mintió, en realidad llevaba menos de 12 horas de haberlo comido en un delicioso banquete que habían preparado sus cocineras, pero al momento de hacerlo, no sintió esa gran felicidad cómo lo hacía la familia de Jaemin, de hecho su familia jamás sonreía, siempre que él se sentaba a comer esas lujosas comidas su padre comenzaba a regañarlo o decirle que hacer con su vida, lo cual era irritante para él y a veces decidía dejar el plato a medias.

Jeno se apresuró a terminar su plato, estaba oscureciendo y debía volver cuánto antes, ya que su familia estaba organizando la fiesta de su boda y decían que debía involucrarse más en esos asuntos, esa misma noche debía ir a que elaboraran su traje.

—Yo, debo irme, lo siento tengo prisa, su comida estuvo deliciosa. —se levantó de la silla y con una reverencia caminó hacía la puerta pero antes de partir fue detenido por la mano de Jaemin.

—T-ten.— dijo entregándole un trozo de sandía. —Ve con cuidado.

El mayor recibió aquel pedazo de fruta para después entregarle al más joven su anillo de diamante.

—¿Por qué me das tu anillo de compromiso?

—Véndelo, y compra algunos gallos.

—Yo no puedo aceptar esto— dijo intentando regresarle la sortija.

—Tómalo es un regalo para ti y tú familia.

—¿qué tonterías dices?— dijo mientras veía como el más alto se alejaba corriendo.

—¡Entonces ve a mi boda, será en 4 días, entonces podrás devolvérmelo!

—¡JENO!— gritó pero era demasiado tarde porque el chico se encontraba bastante lejos, guardó la sortija en sus bolsillo y entró a su casa para después preguntarle a su madre. —Mamá,¿qué significa tener un romance?

DATOS:
Gastronomía del siglo XVI:
La comida de la nobleza era abundante en carne, repostería, pan de harina de trigo, vino, etc.
El pueblo por su parte padecía rigores de hambre. Su dieta se basa en harina centena mezclada, rara vez era de trigo, salazones y sopas de harina. Comían carne solamente en días festivos, ya que el costo de esta era poco accesible.

Gotas de lluvia /NoMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora