Blank space: Parte II

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Pasó una hora y la taza de Harry se encontraba totalmente vacía. Él y Taylor congeniaban hablando de sus lugares favoritos en New York, emocionados al igual que dos niños cada vez que descubrían que habían pisado el mismo local sin tener conciencia de ello.

Se quedaron especialmente sorprendidos al enterarse de que ambos conocían "    Rising Dragon Tattoos", una prestigiada tienda de tatuajes oculta tras un local de ropa vintage en la décima cuarta avenida con la cincuenta y tres, al oeste de New York. 


[Después de una breve charla sobre el dibujo en la piel. Taylor le prometió a Harry acompañarlo para conocer al artista y tal vez conseguir un nuevo tatuaje]

Tanto la taza de Harry, como el pedido de Taylor ya no estaban sobre su mesa (Ambos no se habían dado cuenta de este hecho). Ahora hablaban de sus lugares favoritos en el mundo, y se preguntaban cosas extrañas esperando las respuestas más locas; ¿En cual la comida era más picante?, ¿Cual era el acento más extraño?, ¿Cuán diferentes eras las culturas?

[Sin embargo; Ambos estuvieron de acuerdo en que el mejor lugar del mundo está junto las personas que amas.]


Las luces y sombras del lugar se hacían cada vez mas notorias a medida que el sol se iba ocultando. Sobre el suave mantel color crema Taylor y Harry debatieron sobre la importancia de seguir con el mercado antiguo de la industria en la cual trabajaban. Recordando lo que era comprar los álbumes en físico, apreciando la música como lo que en realidad representaba,  "Una creación". Siguiendo lo anterior llegaron al punto importante. Después de trabajar tanto en algo, no consideraban justo que el contenido de su obra se expusiera a la piratería como sólo una canción comercial carente de valor, sin apreciar el esfuerzo del artista detrás de los años de producción, desvelo e imaginación.

Ambos se mostraron sonrientes y nostálgicos al recordar los viejos discos de vinilo que tanto adoraban sus abuelos, apreciando el lugar que ocupaban en sus estanterías en vez de que sean un espacio en la memoria de sus celulares. 


        

[Harry hizo reír a Taylor cuando situó  sus lentes negros en el puente de su nariz para hacer una sobré actuada imitación a la voz de Stevie Wonder]


 Ya había menos gente en local y el sol comenzaba a caer dando paso a un maravilloso atardecer violeta, anaranjado. Ambos reían de su poco conocimiento de tecnología mientras Taylor enseñaba con orgullo la decoración de gatos que tenía en la parte trasera de su celular. Después de tres horas, posiblemente cuatro, en donde ambos compartieron palabras, risas y anécdotas. Taylor y Harry comenzaban una relevante charla sobre bandas hipsters cuando James se les acercó. 


 -Siento interrumpir…–dijo y ambos voltearon a verlo abruptamente- Ya vamos a cerrar chicos-anunció mientras una desorientada Taylor miraba a su alrededor para darse cuenta que eran los únicos dentro del amplio café- Son las siete…- menciono al ver la reacciones confusas, Harry estaba tan sorprendido como su compañera de mesa -Esto no es un bar…- explico y sonrió mientras los otros dos asentían avergonzados en  comprensión -Cerramos temprano.

 
-¡Oh! James lo sentimos- dijo apenada Taylor mientras abría su bolso en busca de dinero. En realidad sentía más el separarse del castaño, pero tampoco lo dijo en voz alta.

-Guarda eso- advirtió Harry mientras estiraba unos billetes hacia James, sin darle la oportunidad a la rubia  de protestar- Lo siento por hacerte esperar, puedes quedarte con el cambio.

1989 [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora