Taylor no había mentido al mencionarle a Harry que no tenía nada en su apartamento. En realidad, la palabra nada se quedaba corta con lo que tenían ante sus ojos. Harry se encontró frente a un enorme y elegante espacio, Completamente pulcro y tan grandiosamente vacío. No había absolutamente nada. Las paredes blancas, el piso flotante lustroso; y ninguna planta, sólo podíamos rescatar una pequeña alfombra de entrada juntó con una mesita, lo demás estaba totalmente deshabitado.
Harry dio vueltas por el lugar sonriendo con las manos en los bolsillos.
-Así que...¿No tienes cajas en algún lado? - Taylor río casi con nerviosismo encogiendo ligeramente los hombros.
-Por el momento sólo tengo en mi poder mi colección de discos de James Taylor y refrescos de uva. - El la vio sonreír y noto que instantáneamente se le formaron pequeñas arrugas en los costados de sus ojos, irónicamente parecidas a las de Louis. -¿Quieres uno? - Harry asintió y luego echo una ojeada rápida al vacío lugar, repentinamente triste por el recuerdo de su novio.
-¿Duermes aquí? - trato de hacer conversación mientras la rubia iba a la busca del refresco, sus pasos y su voz haciendo eco en la habitación que supuestamente era la sala.
-Si - contesto Taylor casi como una disculpa desde la cocina - Aunque al principio me quedaba en un hotel. - Harry vio como ella buscaba dentro del refrigerador - Pero ahora decidí dormir en mi departamento, aun no llega mi cama...pero estoy durmiendo en una colchón - ella removió el pelo que se había desprendido de su coleta y camino hacia él- No se... quería, ya sabes…estar en mi hogar. - Harry vio como de repente la ilusión se reflejó en su cara - Además - dijo alegre por el recuerdo - ya organicé mi estudio y ¡Quedo tan genial!
Los ojos azules de Taylor brillaban de emoción al divagar sobre su estudio y a Harry le pareció especialmente dulce el que para ella fuese más importante tener su estudio armado que tener una propia cama. Pero no dijo nada.
-Es un lindo departamento... - comento Harry solo para Verla rodar los ojos y darle un sutil empujón.
-Que mentiroso...No hay nada que ver.
-Claro que sí, hay cortinas... -Taylor levantó una ceja, esperando a que continuara - está este piso y las paredes...-ella río.
-¿Quieres ver el agua?, Digo para ver si es mojada - la rubia dijo divertida.
- te estas burlando de mí-dijo Harry agudizando la mirada en ella.
- Claro que no, yo no haría eso - Taylor reprimió una sonrisa y le tendió el refresco.
-¿Cómo planeas llenar este lugar? - el amplió sus brazos y dio una vuelta en sí mismo, tratando de explicar a qué se refería.
-No creas que no tengo nada, llevo un par cosas...pero aún no tengo tiempo de acomodarlas - la rubia soltó un suspiro mientras Harry abría el refresco.
-¿Cómo cuáles? - el comienzo a caminar por el lugar, mientras le deba un trago a su "refresco de uva", Taylor siguiéndole el paso de cerca.
-Compre una mesa de billar - Taylor miro a su alrededor y agrego- aún no se dónde ponerla.
-¿Qué te parece aquí? - Harry se detuvo apuntando a un amplio lugar entre la sala de estar y la cocina. Taylor analizo la situación.
-Podría funcionar... - dijo ella mientras inclinaba la cabeza.
- Y ahí - el apunto hacia la pared vacía - Podría ir un soporte con los tacos... También podrías poner un mueble ahí - el señalo el sitio guiándola - Para guardar las bolas y la tiza...