Envidia

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Hace tres mil años naciste justo en este día, bueno, eso nos hiciste pensar por que resulta que también te estaban engañando.

Te odiabas por lo que eras, lo sabía, te veía. Tus ojos al verte eran de odio, yo también, también te veía, yo también te odiaba, ahora me arrepiento.

¿Cómo pude ser tan ciego?

Resulta que eras unos años menor que yo, no eras lo que te hicieron o todos creíamos que eras.
Hace mil trecientos años en el primero de Abril fue cuando yo nací y resulta que tú habías nacido hace mil docientos cincuenta años en el ocho de Junio, así que eras menor que yo, pero la edad no me importaba de por si sentía un gran odio hacía ti que no me molestaba en ocultar ni disimular.

Merlín e Eline en varias ocasiones me dijeron que fuera más amable contigo.
Incluso las personas a las que odiamos merecen respeto.

No me importó, no les hice caso seguí tratandote porque pensé que eras igual a todos los demonios, igual a todos los malditos demonios que destruyeron mi hogar. El bosque de las hadas.

Pensaba que como tu raza destruyó mi hogar, yo tenía derecho a destruirte.
Así que te insultaba y te lo decía a escondidas.

Nadie debía enterarse de como te había tratado una tarde, pero tú hablabas y le decías todo a Ban, nunca me pasaba nada, me sentía superior, supongo, al menos mientras ese sentimiento perduraba siempre y cuando no tuviera consencuencias.

Me odio por cada palabra que dije, cada mirada y cada gesto al igual que cada pensamiento, me odio por eso.

Oye King, ¿no crees qué...?

Escuchame bien, porque no te lo diré dos veces, tú y yo no tenemos una relación especial, no tenemos relación en sí, solo eres una demonio y ya. No eres nada para mi y te odio

Tras decir eso me fui con la conciencia limpia. Al voltear te vi con lágrimas en los ojos, ahora lloró con esa escena, pero en ese momento me dio risa.

Aw—Soltó el monosilabo con un tono de burla.—¿Quieres llorar? Ahora resulta que tienes sentimientos

Claro que tenías sentimientos y unos muy frágiles, eras el lobo del dolor después de todo, eras frágil y yo me aseguré de destrozarte con mis crudas palabras que mi yo de ahora arrancaría de mi boca sin pensalo.

Gritaría y golpearía a mi yo del pasado para hacerlo entrar en razón.

( . . . )

Hace una semana te fuiste, la Taberna no es lo mismo sin ti.
Se ve triste.
Oscura.
Apagada.

¿Así la veo yo?

Según lo que nos decías, eras hermana del capitán Meliodas, te fuiste unos días después que él, pero tú no volviste y el capitán si.
¿Por qué?

Como Melascula ya no está y te fuiste después de que murió así te quedarás. Aún te visitó, creí que eras como ellos, creí que nos traicionarías por ser de ellos, pero pasó todo lo contrario.

No puedo soportarlo, mi conciencia, alma y cuerpo cargan con cada cosa que te decía, con cada mirada y pensamiento, yo simplemente te odiaba, ahora cargo con estás cadenas que me puse yo solo, tú no tuviste la culpa.
Nada de culpa.

Ahora que ya no estás mis sentimientos se aclararon, ahora se que debía amarte a ti y no a Diana.

Yo... además de tu raza, te odiaba por que me hacías dudar de lo que sentía por la ella, pensaba que debía amar a Diane y debía amarla solo a ella, pero solo fue una pérdida de tiempo ni la promesa ni sus sentimientos fueron verdaderos.
Tú me dijiste eso, pero yo como neandertal te aplaste sin piedad.

Nunca diré esto en voz alta, pero te odiaba, pero porque sentía que debía hacerlo.
Me puse triste durante tanto tiempo porque me sentía mal de odiarte, pero después de todo, me acostumbre a eso. Me acostumbre a odiarte.

King, no deberías estar con...

Soltó un pesado suspiro.—Ya vas a empezar, no sabes lo mucho que me desesperas, si yo quiero estar con Diane, estaré con ella y no me importa lo que pienses—Empujó a la chica para que cayera al suelo. Poco le importó que fuera una niña.—Así que pierdete y muerete

Ahora me arrepiento de mis palabras, porque hasta ahora siento su magnitud.

Como me dijeron alguna vez. Cuidado con lo que deseas.

Resulta que ese día me ibas a decir que no estuviera días con la misma ropa, claro y yo lo malinterprete todo, pero aún así me sonreías.

Ahora que me doy cuenta que fingías una sonrisa cuando estabas conmigo porque ya no me podías dar sonrisas de verdad.
Te forzabas.

Ese día.
Ese día que cambiaría sin pensarlo. Salvaste el bosque que según yo tenía y juré proteger.
Lo salvaste tú. Cambiaría todos los días sin pensarlo.

¿¡Cómo pude ser tan ciego!?Soltó un grito bastante fuerte, al verla, la abracé y la empape de lágrimas.—Perdoname, por favor solo vuelveNo estás bajo tierra, estás rodeada de flores de los colores más raros, los más únicos como tú, nunca te vas a descomponer y te vendré a visitar cada vez que pueda. Siempre si es que puedo.

Las hadas no su pudren. Eres un hada.

Recuerdo cada vez que te veía llorar ya fuera o no por mi causa me causa un placer muy raro, en ese entonces y ahora no me gustaba.
Ese placer era el verte los ojos, se veían lindos, se hubieran visto lindos si no hubieran estado tristes.

En pocas palabras, no me gustaba, pero tampoco me desagradaba.
Puedo explicarlo, más sencillo, no me gustaba que llorarás de tristeza.

Lo recuerdo, recuerdos tus ojos azules derramando agua con ese sentimiento tatuado.
No me gusta recordarlo, se me cierra la garganta y terminó soltando lágrimas ¿Esa fue la cantidad que soltaste? Claro que no, soltaste más.

Aunque recuerdo la primera vez que te hice llorar.
Me gustaría olvidarlo.

Tú me dijiste algo sobre Diana, ni recuerdo que fue, pensé que ella podría estar mintiendo y te llené los ojos de lágrimas como dos pequeños lagos, no tengo recuerdos felices contigo porque me aseguré de reírme si morías, sentir satisfacción, pero ahora que moriste te quiero de regresó y no me estoy riendo.

¿Sabes qué la diosa suprema nos puso esta maldición?
Estoy seguro que si sabías o al menos lo sospecho. Por algo actuabas así, por eso no dejabas que yo tuviera consecuensias.
Por algo no querías que Ban me hiciera algo, lo evitabas, enfrente mío incluso si yo no veía lo hacías.
Evitabas que yo tuviera consecuensias por tratarte como un animal.
Todavía no sé el motivo, pero si hubiera sabido lo hubiera intentado romper.

Lo juró, lo hubiera intentado.

¿Lo hubiera hecho?
Tal vez no, tenía tanto odio acumulado y enfocado en ti que quería aplastarte.
Si, pensandolo mejor, no hubiera roto la maldición.

Ahora que no estas tengo demasiado claros los sentimientos tanto como mis pensamientos.

Muerte y tu nombre. Muerte y Aine.

Esas dos palabras juntas en la misma oración sonaba demasiado tentador.

Una vida sin ti, es una vida sin sentido alguno.

Y ahora lo sé.

Lo sufro.

No por nada prometí amarte-(KingxTú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora