Pereza

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Preparamos un poco de té—La albina sonrió.

Suerte buscando los ingredientes—Se despidió la gigante.

En cuanto los hombres salieron de su vista comenzaron a comer galletas y tomar té que habían preparado, pero, aunque todos los problemas parecían estar resueltos aún faltaba uno en particular.

¿Seguirían siendo los Ocho pecados capitales?

No, no estaba confirmado, pero todos sospechaban que Meliodas desaparecería del mundo humano para mantener el equilibrio, ese era el precio de convertirse en el Rey demonio.

Aine—La llamó para tomarla de los hombros y agitarla.—¡Copia el poder de Gowther y metete a la mente del capitán para cambiarle la idea!

Diana—Quitó las manos de sus hombros viendo a su amiga llorar.—Estuve junto al capitán en cuanto nos acusaron de traidores, nunca nos separamos, pero, aunque usará el poder de Gowther o no, se que él capitán intentó ocultarlo porque pensó que eramos ingenuos

Ya lo sospechaba—Elizabeth bajo la mirada.

¿Cómo pueden decir eso? ¡Yo estaría loca!—Soltaba más lagrimas.

Porque me vio haciendo el tonto con King y nunca dijo nada—Agachó la mirada.—Supongo que debo hacer lo mismo por él para regresarle el favor, aunque duela como los avernos—Miraba las flores que las rodeaban con lágrimas en los ojos.

[...]

La albina caminaba sobre la nieve con rumbo a la portal entre el mundo de los demonios y el mundo de los humanos.

Había elegido el punto más cercano entre los dos mundos, lo malo nevaba. Lo bueno, no había puntos buenos, estaba muriéndose de frío.

Era el adiós definitivo.
Entonces ¿Porqué Aine estaba paralizada?
Sudando, jadeando, con las partes del cuerpo entumecidas y sin saber que pensar o hacer.

El Rey demonio estaba vivo y no era Meliodas, el hecho de que la maldición de Elizabeth haya regresado dejaba todo claro, incluso cuando derrotaron a Indura no sabía que pensar.
Después apareció Gelda enlazandose con Zeldris, cayó inconsiente, al beber la sangre del demonio creo un vínculo, suerte que era un vampiro y que, el hecho, de que le arrancarán la cabeza, como lo hizo el Rey, no era un verdadero problema.

Porque sabía que Meliodas iba a enfrentarse directamente al Rey demonio, que ahora era Zeldris. No tenía de otra, pero tenía mañas suicidas por querer hacerlo solo.

Cuando Escanor llegó, supo que era hora de que él viejo decrépito del Rey demonio probará el verdadero poder de los pecados capitales.

Ban, Escanor, Aine y King lanzaban ataques a diestra y siniestra, pero seguía siendo mucho para ellos, el poder del Rey demonio se restauraba a cada segundo gracias al lago donde estaban de pie.

Princesa ¿Qué es lo haces?

Concéntrate en la batalla por favor

Escanor tacleó al hombre y King lanzó su lanza, Ban lo golpeaba con su tesoro sagrado y Aine se encargaba de causarle una molestía con su arco y flecha.

No podía usar su espada porque no quería matarlo.

Para su mala suerte las precensias del Rey demonio y Meliodas destruían al mundo cada vez más hasta que destruyeran por completo Britania.

Con Meliodas despierto y Elizabeth a salvo sabía que el calentamiento había terminado, según Escanor.
De un momento a otro, Diana volvío a su tamaño original, mostrando el poder de los gigantes, era mucho más asombroso porque era la Reina de los gigantes, fue nombrada así por el mismisimo Drole.

No por nada prometí amarte-(KingxTú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora