Gula

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Los pecados estaban de camino a Camelot para salvar a todos. Tanto a Arthuro como a los demás, cuando llegaron esos dos donde el rey hada.

Oye King

¿Qué pas1o capitán?

¿Desde cuándo tienes alas?

¿Alas?—Volteó su cara para ver su espalda y saber de que locura estaba hablando su amiga.—Pero capitán yo no tengo al... ¡AH! ¡TENGO ALAS!

Así fue la vez que descubrí que tenía alas.

Pero mira que chiquitas son

Claro, al ser de un tamaño pequeño era obvio que se iban a burlar, pero ¿Por qué tan de repente me salieron alas?
No era digno de eso. Ni de esto ni de nada.

Harlequin. Harlequin. Harlequin.

Su voz no salía de mi cabeza en ese momento, pero no sé porque.
Tenía su bella voz bien grabada en mi mente.

¡Harlequin! ¡KING!

Eso ya no era normal, poder escuchar la voz en los oídos como si estuviera viva. Al lado mío, claramente no era normal.

—Frotó su cara.—Realmente me estoy volvíendo todo un loco—Dijo en un murmuro.

No le debía tomar importancia porque estabamos a nada de Camelot.

Primero debían hacer una parada en Coland para desactivar la distorción dimensional que cubría toda la nación que evitaba que los poderes mágicos entrarán.

Al llegar después de una batalla con esqueletos de los que fueron masacrados, la gigante, Diana, fue controlada por los espirítus malignos que querían venganza, venganza de la personas que los mató, querían asesinar a la persona que los mató.

Amigos ¿Les gustaría que los matará?—Habló, tenía los ojos negros con la pupíla roja, lloraba sangre y estaba con una sonrisa en la cara.

Hasta daba miedo, debían salvarla o Howser se pondría triste y enojado.
Se iba a enojar conmigo.

¡DIANA DETENTE!—Exclamaba para detenerla.

Aunque derrotarán a la gigante el resentimiento no desaparecería así de sencillo a menos que lo cortarán de raíz.

La cabra de la lujuría, Gowther puso manos a la obra tenía que rescatarla, pero las animas se negaban a devolver el cuerpo.

No dejaré que hagan lo que quieran con el cuerpo de Diana—Se estaba enojando. Era raro verlo con emociones.

¿Cómo esto?—Dijó tras poner la punta de Gideon en su cien, la iba a perforar si lo golpeaba.

¡No! ¡No lo hagas!

¡Arrebato!—Ban lo intento, se detuvó porque las costillas le empezaron a doler.

Helbram se sacrifico, pero aún no era suficiente para nadie, necesitaban más.
Querían más.

Una luz atravesó el cielo sorprendiendo a todos hasta que pasó algo que los pecados jamás olvidarían.

¡INVASIÓN!—Era una voz conocida. Una voz que nadie olvidaría.

No puede ser—¿Era cierto? Se parecía tanto.

Una chica castaña con muchas trenzas que amarraban su largo cabello, una flor blanca adornaba su peinado, su tesoro sagrado, unos mechones de pelo sin trenzar caían por su rostro, cejas gruesas, ojos azules, piel blanca, carnosos labios rosados, vestía con una capa morada que se sujetaba con un broche de perla y además tenía un... corazón latiente.

No por nada prometí amarte-(KingxTú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora