No por nada prometí amarte-(KingxTú)

Otra Aine

Él Rey hada golpeó la mesa enojado después se sobó porque le había dolido.

Otra cosa que descubrieron es que Hawk estaba conectado al Purgatorio donde las emociones del rubio fueron arrebatadas.

Ban fue a ese lugar, incluso después de la advertencia de la maga.
Aine también quería ir, pero la respuesta fue no, porque seguía debíl como para pensar en hacer un sobreesfuerzo en cruzar un lugar que era caliente y frío a la vez, donde los depreradores esperan la oportunidad perfecta para tragarte de una sola mordida.

No.

Demasiado peligroso, era mejor estar en el lugar más donde la temperatura le viniera bien, la gravedad estuviera a su favor y no estuvieran tratando de comersela cada dos segundos.

—Él fue mi "hermano"—Alzó dos dedos dibujando comillas en el aire.—Tal vez fue un engaño, pero realmente me gustaría ayudarlo en algo—Estaba en la cama que usaba él albino antes de dormír con la rubiesita.—Diana ¿Qué debería hacer?—

La castaña no estaba mejor, todos lamentaban realmente lo que pasó con él capitán solo agachó la mirada sin saber que decirle y se retiró de la habitación.

—Sí, eso pensé—Dobló sus rodillas y las abrazó.

Su mejor amigo hacía un rato que se había ido al Purgarorio a buscar las emociones del capitán.

—Puedo sentir esa gran cantidad de poder mágico que se acerca desde Camelot—

—No puedo pelear, esa última batalla acabó con mí poder mágico—Diana estaba preocupada.

—Seguro es Chandler ¿Ahora qué hacemos?—Escanor estaba en su forma más débil, era de noche no importa cuanto lo intentará no se podría tranformar a su forma poderosa.

—Que impaciente es...—Aine musitó desde el pequeño balcón arriba del bar.

—Calmensé, yo me encargó de negociar—Merlín sonrió.

—¿¡Cómo que negociar!? No sabes quien viene en camino o cuales son sus intenciones—El cerdo exclamó.

—Tanto Merlín como yo sabemos perfectamente quien viene y que es lo que estan buscando—La castaña sonrió.

Al salir vieron al pelinegro de vestimentas rojas.

—Hola Zeldris—Tenía en su cara una sonrisa confiada, pero por alguna razón les ponía la piel de punta.

—Aine—

Ahí fue cuando se enteraron de que Merlín era un alías, siempre lo a sido, nadie conoce su verdadero nombre, ella siendo niña recibió las bendiciones del Rey demonio y la Deidad suprema.
Se tuvó que ir por "el ruido" dejando una hebra de cabello que se convirtió en una planta con grandes dientes que parecía estar enojada.

Los demonios estaban atacando todo a su paso, los caballeros sacros hacían lo posible para proteger a los podían.

Mientras los pecados restantes estaban escuchando toda la historia de la misteriosa Merlín.

Viene de Medialuil, la Capital de lo hechizeros que permaneció neutral en la guerra sin aliarse a los demonios o diosas.
Un día nació una niña con poder infinito y tanto un bando como el otro querían ese poder.
Esa niña empezó a negociar con ambas deidades y dijó que se quedaría con la parte que le diera el regalo que más le gustará.

El Rey Demonio le dio conocimiento de todas las técnicas secretas del Reino demoníaco y protección de los hechizos manipuladores de las diosas.
La Deidad Suprema le otorgó la protección que neutralizaria maldicones oscuras incluso mandamientos, pero esa niña se quedó con ambas bendiciones y no eligió a ninguno, ambos dioses furiosos llevaron la catastrofé a la capital, pero esa niña con sus poderes logró escapar fácilmente.