Capítulo 15

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Siempre he pensado que la vida del estudiante es bastante frustrante y aún más en Bachillerato. Tan solo pensar que me quedan dos años compartiendo clase con la misma gente y en el mismo lugar, no hace más que agobiarme. Por un lado, tengo ganas de que no se acabe porque la idea de crecer no me apasiona demasiado, pero por el otro tengo ganas de acabar todo y cambiar de aires. Tal vez salir de Fuego en el centro e irme a Fuego en el norte o en el sur, o acabar con estas separaciones ridículas y mezclarme con quien tenga ganas.

En cuestión de estudios no estoy muy animada últimamente. Tanto plan y tantas idas y venidas saltando muros logran arrebatarme toda la atención. Como ahora, que llevo cincuenta minutos sentada en el escritorio de mi habitación leyendo la misma página. Trato de entender lo que leo, pero mi cerebro se queda en blanco cada vez que mis ojos pasan por un párrafo. Incluso he optado por ponerme música relajante para ver si funciona, pero nada. Hoy no es mi día pero resulta que el anterior y el anterior al anterior tampoco lo fueron. Desde que fuimos a Tierra me he mantenido en contacto con el grupo de delincuentes, incluso con Zahara. Aunque yo también debería considerarme una delincuente.

—¡Cuidado que voy! 

Elena entra por la puerta con un bol bastante grande lleno de palomitas que impregnan la habitación con su olor. Deja las palomitas a un lado de la mesa, se descalza y vuelve a agarrar el bol lanzándose a su cama.

—¡Hoy es noche de pelis! —canturrea entusiasmada.

—Tenemos examen pasado mañana y no aún no sé ni de qué va la primera página. ¿Te parece que es noche de pelis?

—Si no fueras tan irresponsable con tus estudios... —coge un puñado de palomitas y se lo mete a la boca—. Yo sí he estado estudiando. 

Miro a mi amiga con envidia mientras sigue comiendo. Ojalá poder tirarme a la cama sin hacer nada pero tengo que intentar ser responsable aunque sea por una vez en la vida.

—Pero yo no, así que déjame aunque sea leerme los temas.

Me levanto de la silla y me dejo caer en la cama con los apuntes en mano. Elena me mira dudosa pero enseguida sale de su cama para acercarse a la mía y sentarse a mi lado.

—No sé porque tratas de engañarte a ti misma si luego no vas a hacer nada de eso. Las dos sabemos que no te vas a poner a estudiar a las nueve de la noche —me señala con el dedo índice—. Así que deja de hacer el paripé y aprovecha el tiempo viendo una peli en vez de estar mirando el móvil o a las musarañas.

Alzo la cara, dejando de mirar sin leer mis apuntes, y aunque mi cabeza se debate entre darle la razón a Elena o fingir que puedo continuar con el papel de estudiosa, termino dándole la razón soltando los apuntes sobre la cama. Suspiro con fuerza.

—Para que te voy a decir que no si sí. Llevo intentando ponerme a estudiar todo el día y no me concentro.

Mi amiga me escucha con atención y yo continuo.

—No sé, tengo demasiadas cosas en la cabeza. El otro día me tiré una tarde entera tratando de buscar información sobre el psicólogo Pérez Mijares y no encontré nada importante aparte de que tiene un implante dental —suspiro— ¡Me leí la Wikipedia para nada!

—Vale, entonces el problema es la Wikipedia. No la leas más y se acabará tu bloqueo —concluye—. De todas formas luego terminas sacando mejor nota, así que no sé de que te quejas.

—Da igual, olvídalo —intento cambiar de tema— ¿Cuál es la película que tienes tantas ganas de ver? ¿Lego?

Me fulmina con la mirada. Siempre que tenemos ocasión, Aidan y yo le sacamos el tema de la película a Elena. Los dos sabemos que le es un tanto indiferente, pero es la única persona que conocemos que ha sido capaz de tragarse esa película. Lo mejor fue cuando nos contó que no había estado mal. Desde que reaccionamos a base de risas, no ha vuelto a querer mencionarla de nuevo.

4 partes en un todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora