∅El destino se a apiadado del mundo y de todas aquellas almas gemelas que pasan su vida deseando volverse a encontrar.
Ha puesto en "bandeja de plata",la posibilidad de hallar a tu otra mitad por la unión de sus corazones,representado en un fino hil...
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11:30 AM
El local con múltiples decoraciones de madera,difundía una colonia dulce y amarga,producto de la gran variedad de postres horneados que se servían frescos junto a una taza de granos oscuros;el rocío del diluvio de anoche asemejaba un filtro azulado ante los ojos de los clientes que muy temprano reclamaban su dosis de energía caliente.
Siendo casi medio día,las nubes ya se dispersaban para presentar la gran estrella de fuego como la caricia natural que acomodaba los grados celsius en los cuerpos humanos.
Las charlas de cada mesa en el lugar eran muy comunes,apenas eran ocupadas tres de ellas con grupos pequeños de dos o una persona,dando la libertad de que los empleados disfrutaran de su desayuno con mucha calma.
-¿Entonces?-El de aires latinos habló por primera vez desde que sirvió un Caffe latte para cada uno en la mesa,pero dando un Expreso a uno de ellos,que marcaba una diferencia de gustos.
-Ve al punto-Dijo directo,recostando su espalda en la silla sin intención de caer,posando de manera despreocupada.
-¿Al punto?,no creo que sea necesario repetirlo-Alguien externo se auto invitó al intercambio de palabras-A menos que no seas capaz de aceptar que fuiste cómplice de una infidelidad-La voz salió limpia,con cierta intención acusatoria.
-¿Qué dijiste?-Se enderezó en su lugar,acercando sus balas rojizas al rostro del rubio que parecía no tenerle miedo.
-Lo que escuchaste-Se contuvo de parpadear,queriendo intimidar a su contrario.
-Oh-Fingió inocencia-Perdóname por no tener un jodido anillo en mi mano,¡Qué me marque como la estúpida propiedad de alguien!-Sus palmas se posaron con brusquedad lado a lado del vaso de cerámica,terminando por alzar todo su torso de la zona de confort.
-¡Bakugo!-Un regaño llegó a sus oídos,siendo la única fémina en el grupo la autora de aquello.
Kaminari entró a su estado de alerta por el movimiento anterior,la irá lo llenaba al contraer sus dedos y sin desear formar otro problema más,también salió de su lugar,no perdería la cordura ante él amigo que necesitaba que lo apoyará,estaría ahí para él,pero por el momento lo acompañaría a la lejanía.
-Lo siento-Agregó viendo a la pelirrosa-Debo irme,gracias por el café-Metió su mano en el bolsillo derecho para sustraer un par de billetes que velozmente dejó como trueque por la bebida,sonriendo débilmente al pelinegro.
Los tres binoculares lo siguieron hasta escuchar la campanilla de la puerta siendo agitada como para saber que existía un comprador menos en el día.
Fué triste saber que no se fue satisfecho con su trató.
Volvieron a sus posiciones,la tensión y desconcierto abrazaba sus sistemas nerviosos,atrayendolos a sorber sus líquidos,disimulando el ambiente que claramente estaba pasandoles lista.
